Asturias perderá en una década más de 2.200 millones de euros por la emigración juvenil. Éste es el resultado de la inversión realizada en la formación y cualificación de los jóvenes de la región y lo que dejarán de ingresar las arcas regionales por la falta de ingresos fiscales ligados a su trabajo y que aportarán a las comunidades autónomas o al país al que hayan emigrado. La cifra es una media anual equivalente al presupuesto de 2017 de la Universidad de Oviedo, y superará la inversión en la construcción de la Autovía del Cantábrico a su paso por Asturias, que ascendió a algo más de 2.100 millones en 27 años de obras.
Las causas de esta emigración juvenil son el escaso empleo que hay en la región y su precariedad, al ser de poca calidad y mal remunerado.
El cálculo corresponde a una proyección realizada por los doctores en Sociología e investigadores Stefano de Marco y Daniel Sorando, autores del estudio "Consecuencias económicas y sociales de la situación de la juventud en Asturias", encargado por el Consejo de la Juventud del Principado.
"El cálculo ha sido bastante conservador, aplicando un flujo de emigración constante. Pero se sabe que, en las condiciones actuales, la realidad es que aumenta así que las pérdidas serán bastante superiores si no se cambia la tendencia", explicó De Marco.
Los investigadores utilizaron una estrategia de cálculo contable para realizar sus proyecciones, y las aplicaron en dos escenarios distintos. Uno, en el que se tenían en cuenta unas características educacionales medias, y otro si se trataba de una emigración de jóvenes con alto nivel de estudios.
La investigación realizada por De Marco y Sorando tiene en cuenta la población entre 18 y 29 años. En el caso de la pérdida de población juvenil con una formación media, el monto total de la inversión en educación que el Principado no aprovechará supondría el equivalente al 6,3% del producto interior bruto de Asturias en 2014.
Si a eso se le añade la pérdida de recaudación fiscal por los impuestos que el Principado dejará de recaudar por la marcha de sus jóvenes, la cuantía superaría el 3% del PIB de ese 2014. La cuantía global en este primer escenario se situaría en los 2.000 millones de euros en sólo una década.
El segundo escenario analizado por los sociólogos contempla la salida de jóvenes con una cualificación formativa alta. Un informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, indica que el 62,6% de las personas con edades comprendidas entre los 16 y los 29 años tiene estudios secundarios postobligatorios o superiores, lo que supone el 5,8% más que la media del país.
En el caso de que los jóvenes asturianos con un nivel formativo elevado emigre, los cálculos apuntan a que Asturias habría invertido en su educación 1.540 millones de euros, el equivalente al 7,2% del PIB de 2014. Pero la pérdida de ingresos en las arcas regionales por su aportación fiscal ligada a su trabajo sería del 3,4% del PIB de ese mismo ejercicio, aproximadamente casi 728.000 euros.
Es decir, que Asturias perdería casi 2.300 millones de euros hasta 2025 entre lo que se ha invertido en la formación de sus jóvenes y el no retorno, ya que los ingresos fiscales ligados al trabajo los ingresarán aquellas autonomías o países en los que logren un empleo. "El problema es que los jóvenes asturianos tienen un nivel formativo alto y, o no encuentran empleo, o el que consiguen es precario y mal remunerado. Lo habitual es que salgan a otras grandes ciudades, como Madrid, Bilbao, o Barcelona antes de marcharse al extranjero", concluye De Marco.
