La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Asturias pasa del año récord en incendios forestales al de menos fuego desde 1990

La tierra quemada en 2016 es casi once veces inferior a la que ardió sólo en diciembre de 2015, tras un pronunciado descenso del 92 por ciento

Asturias pasa del año récord en incendios forestales al de menos fuego desde 1990

Se ha apagado el infierno. Al convulso 2015, que calcinó la cifra récord de casi 22.000 hectáreas de monte sobre todo en aquella insólita oleada incendiaria de fin de año, ha seguido el ejercicio más tranquilo de la serie histórica en los bosques asturianos. De aquel excepcionalmente intenso 2015 a este inusualmente pacífico 2016 media un descenso del 92 por ciento en la superficie quemada para que las 1.544 hectáreas del recuento final del pasado ejercicio supongan el nivel más bajo que queda en los registros al menos desde 1990.

En ninguno de los 37 años de la secuencia histórica había ardido menos superficie forestal que en 2016, en una temporada que por razones obvias ya empezó con mucho menos monte que quemar, pero que también redujo la anomalía meteorológica, que no se encontró con la "tormenta perfecta" incendiaria de aquel otoño anticiclónico, seco y caluroso que sólo en diciembre de 2015 quemó 16.000 hectáreas de monte, casi once veces más en un mes que en todo el año pasado.

El último recuento de Bomberos de Asturias, recopilado por la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei), pinta un juego de extremos en el que al mes con más fuego de la historia ha sucedido inmediatamente el año que ha registrado menos. El inventario final del ejercicio recién cerrado da 630 incendios forestales, bastantes menos de la mitad de los del año anterior, a una media anormalmente reducida inferior a dos fuegos al día y con casi tantas quemas en todo 2016 como sólo en diciembre de 2015, cuando se declararon 567.

De todo lo arrasado por el fuego en el periodo, alrededor de un 85 por ciento del total corresponde a áreas de matorral y monte bajo, con 231 únicas hectáreas de superficie arbolada y menos de siete de pastizales, con todos los parámetros reducidos a mínimos históricos. El volumen global del año es significativamente menor que el de todos los anteriores: el siguiente de este siglo con menos monte arrasado supera a 2016 en casi mil hectáreas calcinadas y el ejercicio recién cerrado tampoco resiste la comparación con las cifras previas al enorme pico registrado en 2015. Ardió, en resumen, un área catorce veces inferior a la del año anterior, pero también cinco veces más pequeña que la de 2014, se quemaron menos de la mitad de las hectáreas de 2013, casi once veces menos que en 2012?

Habrá influido el tiempo además de todo lo que se quemó ya en toda Asturias en aquella agitada Navidad de 2015 -en unos pocos días se contaron 364 focos de incendio en 57 de los 78 municipios asturianos, mayoritariamente provocados-, también la reacción social o la "cura de caballo" que supuso la vista de la insólita concentración de tantas llamas en tan poco espacio? El caso es que el primer aniversario de la lengua de fuego que recorrió Asturias, que atravesó carreteras y líneas ferroviarias y llegó hasta el mar, se ha celebrado en Asturias con el lento reverdecer de la extensa superficie de tierra quemada y con el recuento de incendios menos desfavorable del que ha quedado constancia.

Compartir el artículo

stats