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GABRIEL GONZÁLEZ-BUENO | Responsable de políticas de infancia de Unicef en España

"Lo más difícil para un menor es la vivencia de un desahucio, es traumática"

"No hay ayudas nacionales para proteger a la infancia; se recortaron 11.500 millones"

Gabriel González-Bueno, ayer, en Oviedo. LUISMA MURIAS

Responsable de políticas de infancia de Unicef en España, Gabriel González-Bueno, alerta de la "enorme desigualdad" que existe entre las comunidades autónomas y de su incremento en aquellas regiones en las que menos compromiso existe en políticas públicas con reducir el riesgo de pobreza. La crisis ha hecho que los pobres sean más pobres, pero también que muchas familias que eran de clase media hayan pasado a engordar las estadísticas pasando a una economía de supervivencia.

-¿La crisis ha disparado la pobreza?

-El problema es que se ha perdido empleo, se ha reducido el poder adquisitivo y además el umbral de ingresos que marca el riesgo de pobreza también se ha bajado. Eso indica no sólo que hay más pobres, sino que la intensidad de esa pobreza es mayor. Hay muchos hogares en supervivencia.

-¿Existen diferencias entre el norte y el sur?

-Hay enormes diferencias territoriales, que tiene que ver con el nivel de desempleo pero también con razones históricas y con las políticas públicas que se practican. En Asturias el nivel de pobreza es relativamente bajo. Pero hay otras comunidades como Andalucía, Murcia, Canarias y Extremadura donde la situación es muy preocupante.

-¿Tiene que ver con el nivel de industrialización?

-Sí. Hay comunidades donde los servicios y el turismo pesan mucho. Son empleos de baja cualificación y bajos salarios, y cuando hay crisis, se nota. Pero existe también una correlación entre las comunidades donde más política pública y un menor índice de pobreza infantil se encuentra. Un ejemplo es el País Vasco, que tiene la renta mínima más elevada del país, y eso tiene un impacto directo en los niños. Estamos ante un desafío de ámbito nacional, no sólo de política autonómica.

-¿Un niño pobre está condenado a la pobreza?

-No es exactamente así, pero sí es cierto que tiene menos posibilidades de tener buenos resultados académicos y es más fácil que abandone pronto los estudios. Esto también tiene que ver con que los niños que nacen y viven en situación de precariedad carecen de espacios adecuados para su desarrollo. Si sus padres carecen de formación, las posibilidades de ayudarles son pocas y las expectativas de que llegar a estudios universitarios también.

-Usted señaló que familias de clase media han pasado a una situación de supervivencia. ¿Cómo afronta esto un niño?

-Si la situación es coyuntural, muy provisional, se les puede ocultar. Pero los niños se dan cuenta de todo y no tardan en saber que no pueden hacer cosas que antes sí hacían. Y si el problema se agrava, también ven que no pueden ir a las excursiones del colegio, o hacer actividades extraescolares. Y a todo eso se suma la tensión que viven en el hogar. Hay que explicarles muy bien lo que pasa, porque si no, pueden llegar incluso a sentirse culpables si, por ejemplo, hay que comprarles unas zapatillas. Es más, hay que hacerles sentir que pueden colaborar y participar de las posibles soluciones.

-Deben de ser situaciones muy traumáticas para ellos.

-Lo más difícil es la vivencia de un desahucio. Esa sí puede ser una experiencia muy traumática para un niño.

-¿La sociedad española es insolidaria?

-No, pero es solidaria dentro de la familia e insolidaria en lo político. No hay ayudas nacionales para proteger a los niños de estas situaciones, y las que hay son muy escasas en comparación con los países del entorno. Las prestaciones por hijos se han reducido en todas las comunidades autónomas. El gasto público en protección a la infancia se recortó en 11.500 millones desde 2009 hasta 2015, y en pensiones crecieron en 30.000 millones.

-Muchos abuelos sostienen a las familias.

-Eso es injusto. La pensión del abuelo es suya y si quiere ayudar, que ayude. Pero un niño no puede depender de la pensión de su abuelo. ¿Qué pasa si falta? ¿De qué vivirá? Esa no es la solución.

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