La joven de 25 años que sufrió una violación en la calle Conceyin de Oviedo en febrero de 2014 terminó ratificando su denuncia, pese a que inicialmente trató de no hacerlo con la excusa de que ahora mantiene una relación con el acusado, un agente de la Guardia Civil. Le costó al tribunal que finalmente admitiese haber sido violada. "No hubo consentimiento, hubo penetración", reconoció en un hilo de voz.

La defensa había confiado en que el tribunal aceptase que la joven no declarase, al estimar que la supuesta relación actual que mantienen agresor y víctima es equiparable al de una relación matrimonial, pero los magistrados de la sección segunda de la Audiencia negaron esa posibilidad. Las reticencias de la víctima rozaron el desacato, pero finalmente reconoció los hechos. Previamente, el acusado había indicado que hubo sexo consentido.

La madre de la víctima corroboró que en la mañana de los hechos, su hija llegó con las medias rotas y le confesó que "el chico la había cogido contra su voluntad". La mujer llamó al presunto violador y le pidió explicaciones. Él contestó que iba a iniciar una relación con su hija. La mujer quedó con el violador para hablar, pero luego cambio de opinión y decidió poner la denuncia.