La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La Última Pista

Marcelino Cortés: crimen sin culpable y una familia que "ha enfermado"

"Se tiene que saber qué ocurrió, no puede quedar así", dicen los parientes del topógrafo lavianés, muerto de una paliza hace justo 16 años en Almodóvar

Marcelino Cortés: crimen sin culpable y una familia que "ha enfermado"

Cuando se mata a una persona no solo se le quita la vida -lo que tiene y lo que podría tener, según la lapidaria sentencia de "Sin perdón"-, también se malogra la paz y la salud de los seres queridos de la víctima, que a partir de entonces quedan sobreviviendo en medio de los restos del naufragio, navegando entre la impotencia, la rabia y la pena. Es lo que le ha ocurrido a la familia de Marcelino Cortés, el topógrafo lavianés al que mataron de una brutal paliza en la localidad ciudadrealeña de Almodóvar del Campo, la madrugada del 12 de abril de 2001, festividad de Jueves Santo. Están a punto de cumplirse 16 años de aquel crimen que sigue sin culpable, aunque las fuerzas de seguridad aseguran a la familia que no han dejado de lado el caso. "La muerte de Marcelino ha sido una catástrofe, esta familia ha enfermado. Lo seguimos pasando mal, no terminamos de recuperarnos y esto ya se alarga 16 años", dice la cuñada de la víctima, Blanca Cupido. "Mi suegra se murió en agosto de 2015 con la pena de no saber quién mató a su hijo, con el dolor de perderlo de la forma que lo perdió", añade.

Y tanto. La muerte de Marcelino Cortés es un sinsentido. Aquella Semana Santa de 2001 había acudido a Almodóvar del Campo a casa de su hermano Fernando, casado con una hija del lugar. Los dos hermanos salieron por el pueblo la madrugada del Jueves Santo. Cuando volvían, vieron a tres jóvenes del pueblo -tres chavales de entre 19 y 21 años, "El Pescadilla", "El Rulo" y "El Lillo", con fama de peleones- orinando en la pared de la casa familiar y les llamaron la atención. Se inició entonces una trifulca en la que los hermanos tuvieron la peor parte: a Fernando le rompieron el fémur, Marcelino tuvo unas magulladuras. La Policía Local separó a los contendientes y llevó a los hermanos al centro de salud. A Fernando terminaron trasladándolo, debido a la fractura de la pierna, al Hospital de Puertollano. Marcelino decidió volver a casa andando. Pero ya no se le volvió a ver vivo. Su padre, también Marcelino, hoy residente en Oviedo, decidió poner una denuncia el Jueves Santo por la tarde, alarmado al ver que su hijo no regresaba. Comenzó entonces la búsqueda. En la mañana del Viernes Santo era localizado el cadáver, abandonado en una huerta situada a las afueras de Almodóvar, un lugar escondido y de difícil acceso. Presentaba graves lesiones en la cara, la cabeza y el costado. Le habían reventado el hígado a golpes.

La detención de los tres jóvenes implicados en la pelea no se hizo esperar. Los investigadores pusieron el ojo sobre todo en uno de ellos, que tenía lesiones en los nudillos y las rodillas. El abuelo le pagó la fianza a él y a los otros dos. En sus ropas se hallaron restos de sangre, que correspondían a Marcelino, pero el instructor no consideró estos indicios suficientes. La familia de la víctima ha tenido que cruzarse muchas veces con estos jóvenes, soportar su soberbia, incluso sus risas. Tres años y medio después del crimen, se levantó la imputación sobre los tres sospechosos, que han seguido con sus vidas como si no hubiese pasado nada. Uno de ellos estudió informática fuera del pueblo. Los otros dos se fueron a trabajar fuera y han regresado con el tiempo a Almodóvar.

El caso durmió el sueño de los justos hasta 2011, cuando el juez decidió reabrir las investigaciones. Se tomaron muestras en los vehículos de la familia del "Pescadilla", se encontraron restos de sangre humana, pero no pudieron relacionarse con Marcelino. Había pasado demasiado tiempo. "Las cosas no se hicieron bien desde el inicio", es la triste conclusión a la que llega Blanca Cupido. Los familiares están convencidos de que el crimen quizá no fue cosa de los tres jóvenes, sino de uno de ellos, acompañado de algún familiar. "Seguro que hay más implicados", cree Blanca Cupido. Marcelino quizá fue acometido en mitad del pueblo, y su cuerpo trasladado en un vehículo a la finca de las afueras donde fue encontrado.

Todavía hace un mes, los familiares de Marcelino Cortés se han reunido con el Subdelegado del Gobierno en Ciudad Real. Les ha asegurado que los investigadores no arrojan la toalla. "La Guardia Civil nos decía que no nos preocupásemos, que tarde o temprano alguien hablaría. Pero nadie ha hablado. Hemos tenido mucha paciencia. Se tiene que saber lo que ocurrió, no puede quedar así", asegura la cuñada de la víctima. Los tres jóvenes que se vieron implicados en la pelea con los dos hermanos nunca hablan de lo ocurrido aquella noche. Mientras tanto, el calvario no cesa. Blanca Cupido lo expresa sin tapujos: "Es una herida que no cierra, para nosotros Marcelino nunca muere. Algo como esto destruye la convivencia de la familia, te marca para el resto de la vida. Tenemos la vida rota".

Compartir el artículo

stats