La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La sidra vasca arrincona a la asturiana en EE UU pese a que los expertos la prefieren

"Nadie conoce nuestra bebida", se quejan los lagareros de Riestra y de Viuda de Angelón, aunque el mayor productor americano considera que es la mejor

La sidra vasca golea a la asturiana en su competición por conquistar nuevos mercados. La intensa labor de promoción de la sagardoa arrincona al caldo regional en Estados Unidos, pese a su prestigio entre expertos y productores americanos. "Aquí nadie conoce nuestra bebida", se quejan los lagareros Raúl Riestra y Francisco Ordóñez, de sidras Riestra y Viuda de Angelón, respectivamente, recién llegados de su visita al continente americano. Diez días recorriendo Nueva York, Washington DC y Massachusetts, entre otros lugares, han sido suficientes para comprobar que el nombre de Asturias es un completo desconocido para los consumidores de EE UU. "Por lo que nos cuentan, el Gobierno vasco hizo una fuerte promoción aquí y cuando preguntas por sidras españolas sólo conocen la del País Vasco", lamentan.

No obstante, el caldo asturiano es "muy valorado" por los fabricantes locales, entre ellos, el más importante de Estados Unidos, Angry Orchard, con una producción anual de 220 millones de litros y una cuota de mercado que llega al 54%. Comercializa casi el triple que todos los lagares del Principado juntos, gracias a un producto dotado de una fuerte carbonización artificial que funciona como sustituto de la cerveza. Los asturianos Raúl Riestra y Francisco Ordóñez se reunieron precisamente esta semana con su responsable, Ryan Burk, con el que compartieron una cata de los caldos estadounidenses y asturianos. "Él considera que la mejor sidra, la de verdad, es la nuestra", aseguran los productores de Sariego y Nava, que desde hace diez años trabajan con un importador, James Asbel, en EE UU.

Su producción, tanto natural como de nueva expresión, es comercializada a través de la marca Ciders of Spain -integrada también por Fanjul- y son escanciadas en la mayoría de los casos por cañeros. En los restaurantes americanos el sabor asturiano fascina. El problema es que se vende y se conoce tan poco que el culete no consigue enganchar. "La gente es muy abierta a la hora de probar cosas nuevas y los fabricantes están obsesionados en producir bebidas diferentes", aseguran. De hecho, en su visita a tiendas, sidrerías -todas de estilo vasco- y lagares han visto sidras "con sabor a café, a ahumado, a raíz... de todo".

El principal fabricante, Angry Orchard, tiene un "lagar exclusivo para hacer experimentos". De esas pruebas salió el año pasado una primera remesa de la bebida inspirada en la región: Edu, en homenaje a Eduardo Vázquez Coto, gestor de la principal empresa de importación de sidra internacional de España. Pero el americano Ryan Burk no se cansa de experimentar nuevos sabores. "Nos recibieron en su sede en Nueva York y hasta nos prepararon una cena especial con fabada y tortilla de patata", explican.

Lo que más aprecian los productores americanos de la sidra asturiana es la acidez que aporta la manzana autóctona, la cual ya se ha empezado a cultivar en algunas fincas. "Nosotros concretamente vimos varios pomares plantados este año de las variedades Collaos y Solarina en Massachusetts. Pero allí tienen todo tipo de manzanas, también inglesas y francesas. Su objetivo es hacer cosas diferentes y si gustan, probarlas en el mercado", aseguran Riestra y Ordóñez.

El Departamento de Agricultura americano lleva décadas introduciendo manzanas extranjeras que, tras pasar un proceso de cuarentena, son puestas a la venta en viveros para modernizar y diversificar el sector. La existencia de fruto asturiano en EE UU no fue bien recibida por todos los lagareros regionales, aunque la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales lo considera positivo, ya que supone un reconocimiento a la calidad de la manzana asturiana. El director general de Desarrollo Rural y Agroalimentación, Jesús Casas, señaló que las manzanas autóctonas "no son nuestras en exclusiva" y por tanto "cualquiera puede cultivarlas".

Compartir el artículo

stats