La Guardería del Medio Natural necesitó hacer una media de 70 salidas para matar a cada uno de los 9 lobos abatidos en la pasada campaña. Así se extrae de los datos facilitados esta mañana en la Comisión de Desarrollo Rural por la consejera María Jesús Álvarez, que explicó que dentro del programa de control de la especie 2015-2016 se realizaron 629 servicios (395 en 2015, 473 en 2016 y 138 hasta el 30 de abril de 2017). Pese al "esfuerzo" que hizo su gabinete por cumplir el cupo de extracción de 45 ejemplares -el mismo que el de este año-, sólo se cazaron 9 animales. En todo caso, Álvarez insistió que se deben considerar todos los ejemplares muertos -32, ya que 8 fallecieron por atropellos, 6 por disparos ilegales y 9 por causas indeterminadas- dentro del cupo anual, mientras que la oposición criticó su ineficacia.

"Esto es como vender cupones sabiendo que no va a haber sorteo. Nos sorprende que se hayan hecho tantos servicios para nada", protestó el portavoz de Agroganadería del PP Luis Venta. La consejera María Jesús Álvarez matizó sus palabras y defendió que todas las salidas realizadas por la Guadería del Medio Natural se hicieron con el objetivo de alcanzar el cupo fijado, "no para nada". Aún así reconoció: "No hemos sido capaces de cumplir los objetivos marcados en el programa, que quiebran la tendencia que habíamos impulsado en 2013". Para corregir la situación actual, la Consejería permite como medida de apoyo abatir ejemplares de lobo en las cacerías autorizadas de otras especies.

En este sentido, la diputada de Foro Carmen Fernández abogó por potenciar las batidas y los recechos en contraposición a los controles de la Guardería, que "son costosos". El director general de Recursos Naturales, Manuel Calvo, aclaró que las cacerías sólo se pueden considerar como medidas de apoyo porque "en muy pocos casos se pueden matar lobos en una batida". De hecho, según los datos de la Consejería, en ninguna de las autorizadas hasta la fecha se consiguió a abatir un lobo. La dificultad para disparar a la especie se debe a su inteligencia y a las condiciones orográficas y de abundante vegetación de la región.

Por todo ello, dijo María Jesús Álvarez, "queda mucho trabajo por hacer, pero quizá no está tan mal enfocado como pretenden algunos" tras revelar que entre 2012 y 2016 los número de expedientes por daños del lobo se redujo un 21% y el importe de las indemnizaciones un 28%. En este contexto, anunció que el Gobierno pretende aprobar un nuevo baremo de cálculo del valor del daño para el cual ya están trabajando en un análisis previo "que ponga al día el tipo de daños, los bienes indemnizables y los precios". El Principado ha empezado además a hacer un marcaje y seguimiento de lobos por medio de la Universidad de Oviedo. Según Manuel Calvo, el año pasado se sedó y marcó a un ejemplar y en este 2017 está previsto hacer lo mismo con otros cinco.