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La guía secreta de Asturias

Recuerdos vaqueiros en Genestoso

La naturaleza habita hoy los restos de las antiguas cabañas de la braña de los Valles, en medio de un paisaje de gran belleza en el concejo de Cangas del Narcea

Restos de una de las cabañas de la braña de los Valles, a la que se accede en ruta desde Genestoso. ANA PAZ PAREDES

En algunos rincones del concejo de Cangas del Narcea está muy presente la historia de los vaqueiros de alzada, sobremanera los de diferentes puntos del concejo de Valdés que, en los meses de verano, subieron durante siglos con los animales a ocupar diferentes brañas. Igualmente iban vaqueiros de Tineo y Villayón. Y es que, antiguamente, los pastos altos estaban llenos de personas, tanto vecinos del lugar como vaqueiros, que pasaban allí el verano guardando su ganado. De hecho consta una súplica de los vaqueiros al rey Carlos III, en 1776, cuando los vecinos de Genestoso pleitearon con los primeros para limitar su presencia en sus pastos.

Esa historia está aún viva en la memoria de sus descendientes, pero también en la de algunos vecinos de Genestoso, como es el caso de Benita Pardo García, vecina de este precioso pueblo cangués, al señalar que "los vaqueiros subían con sus animales desde Luarca hasta brañas como la de los Valles y allí estaban hasta finales de septiembre o principios de octubre. Todavía recuerdo que a veces coincidía su subida con la de los pastores de ovejas que traían el ganado desde Extremadura. Éstos iban a la braña de los Corros. Traían muchísimas ovejas, se veían hasta en el Picu Cabril. Y no crea que fue hace tanto, quizás hace unos 50 años", dice.

Benita Pardo es la memoria viva de su pueblo y, aunque los vaqueiros dejaron hace mucho ya de subir a los Valles, no olvida cómo era la vida allí medio siglo atrás. Y es que brañas de vaqueiros, además de ésta, que está a unos 3,5 kilómetros de Genestoso, había otras muchas, como por ejemplo Xunqueras, Saldepuesto, La Feltrosa, Braniego, Los Cadavales, Bujuvil, L'Acebal y Pantravieso, entre otras, y que, a decir de los estudiosos, y allá por 1877, eran propiedad de Manuela de Llano y Merás, señora de la casa de Santianes de Porley. Actualmente, y a lo largo de los años y tras diversos propietarios, la braña de los Valles pertenece al Principado y a ella sube el ganado de vecinos de Genestoso.

Es bueno recordar esta historia para poner en valor, cuando se llega hasta los Valles, a 1.200 metros de altitud y tras un agradable paseo, todo aquello que la mirada alcanza y que va más allá del estado ruinoso en que se encuentran las cabañas de piedra, además de las impresionantes vistas que desde allí se contemplan. La ruta conviene hacerla temprano en caso de día soleado, pues el calor y el sol, allí, dan de pleno en algunos tramos y no hay apenas sombra a lo largo del camino, sin que falte una buena gorra, agua ni algún alimento energético. Eso sí, a la entrada, hay una cabaña restaurada adonde es un placer entrar a descansar y refrescarse.

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