A la vera del río Piles comienza desde hoy a desarrollarse la 61.º edición de la Feria Internacional de Muestras de Asturias. Y con una visita al Palacio de Revillagigedo, en Cimavilla, puede entenderse la historia de ese certamen de éxito gracias a las fotografías, los textos, los anuncios, catálogos y la cartelería artística y representativa reunida para la ocasión en una cuidada exposición que ha comisariado la profesora de la Universidad de Oviedo, Mar Díaz González. Una exposición que se inauguró el pasado mes de junio, que seguirá abierta hasta primeros de septiembre, y que ayer recibió la visita de las autoridades que previamente levantaron el telón de la Fidma.

Al visitante se le recuerda, por ejemplo, que hubo un tiempo en que la feria podía sobrevolarse en helicóptero, una actividad que tenía un coste de 300 pesetas; o que hubo un año (en concreto en 1965) en que la Feria de Muestras se desarrolló en el centro de Gijón, cortando calles para tal uso; y que antes incluso, en 1925, hubo una primera etapa del ferial en la que su lugar de desarrollo eran los Campos Elíseos, con 400 expositores en 24.000 metros cuadrados de recinto. Y ya entonces se veía el potencial del certamen como fiesta popular.

Son fotos que despiertan la memoria, algunas de autores señeros de la ciudad y la región, las que acompañan el recorrido por esos 61 años de vida y de éxito de la Feria Internacional de Muestras de Asturias. Fotografías de stands, visitantes célebres, arquitectura, empresas... La exposición del Revillagigedo también ha cuidado la presentación de su cartelería. No en vano algunos de los mejores cartelistas, ilustradores y artistas plásticos de Asturias en cada momento han participado de la cita gijonesa con sus creaciones. Ahí están para admiración obras de Rafael de Penagos, Mariano Moré, Germán Horacio y tantos otros.