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Los hosteleros niegan "rotundamente" que pactaran subir el precio de la sidra

"Siempre hicimos igual, empieza un bar y detrás vamos los demás", contestan los chigreros a Competencia, que amenaza con sanciones

Una camarera escanciando sidra, ayer en Gascona. IRMA COLLÍN

"¿Pacto?, ¿Qué pacto?". Tras amenazar Competencia con sancionar a Asturias, los hosteleros, indignados, niegan "rotundamente" que acordaran subir este año el precio de la sidra. "No hubo ningún pacto. Es la palabra de ellos contra la nuestra. Aquí toda la vida se hizo igual: sube un chigrero el precio y detrás vamos los demás", explica Loreto García, al frente de la sidrería Manolo Jalín en Pola de Siero. Esta localidad fue precisamente la que empezó en primavera con el supuesto "pacto del culín" y que luego secundaron Oviedo, Villaviciosa, Nava o Avilés, entre otros concejos. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia advierte en un escrito que el sector sidrero podría incurrir en una nueva infracción -en 1996, hosteleros y lagareros ya fueron castigados con una multa de 13 millones de pesetas- si se demuestra que hubo acuerdo para actualizar el precio del caldo regional.

La respuesta de Guti Rodríguez, de la sidrería La Ballera de Villaviciosa, es clara y directa: "Que investiguen a los que roban y no a los que trabajamos para vivir". Rodríguez insiste en que "no hubo ningún acuerdo", al menos, en la localidad maliayesa. "Yo subo el precio de la botella cuando a mí me parece. Que miren lo que quieran. Pero me da hasta la risa... Todo esto por 20 céntimos más, cuando la sidra es ridículamente barata", agrega.

La polesa Loreto García argumenta más de lo mismo: "En la Pola no tenemos ni asociación de hostelería porque no nos ponemos de acuerdo para nada, ¿cómo vamos a coincidir en esto? Cuando una sidrería importante sube la tarifa, vamos todos detrás. Ya antiguamente se hacía así, cuando era Los Portales el bar que marcaba la pauta". La laureada escanciadora insiste en que no hay pactos, sólo comentarios. "¿Voy a dejar que el de al lado gane 20 céntimos más que yo por botella? No, home, no. Pero la mejor prueba de que no hubo acuerdos es que no incrementamos los precios el mismo día y todavía hay hosteleros que mantienen la sidra a 2,50", asegura. "En les Campes tenemos asociación y ahí pueden mirar las actas", agrega.

El denominado "pacto del culín" supuso en un gran número de sidrerías de la región pasar de los 2,50 a los 2,70 euros por botella de sidra sin marca de calidad. Es decir, sin Denominación de Origen Protegida (DOP) -la que se elabora exclusivamente con manzana autóctona - y sin la etiqueta Sidra Selección, cuyos productores acordaron este año entrar en el Consejo Regulador Sidra de Asturias. Su presidente, el lagarero Tino Cortina, declinó ayer hacer declaraciones a este periódico, lo mismo que el responsable de la patronal turística y hostelera, Otea, José Luis Álvarez Almeida.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia advirtió hace unos meses en un escrito dirigido al presidente de la DOP que "cualquier acuerdo o práctica concertada por parte de los lagareros podría constituir una infracción (de la Ley de Defensa de la Competencia) y dar lugar a un procedimiento sancionador". De hecho, el organismo ya se remonta a las quejas que hizo el sector a principios de año sobre el bajo precio del caldo regional, "que cuesta menos que una cerveza y da más trabajo". El aviso de Competencia va dirigido, no obstante, a los lagareros en vez de a los hosteleros, un detalle importante que la presidenta de la Asociación de Lagareros de Asturias, María Cardín, no entiende. "No sé por qué tienen que ir a por los elaboradores, si los que suben los precios de la sidra en los bares son los hosteleros", sentencia.

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