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La Guía Secreta De Asturias

El Urriellu manda en el horizonte

El pueblo de Camarmeña, en Cabrales, cuenta con uno de los mejores miradores desde donde contemplar el emblemático pico en medio de un paisaje de abrumadora belleza

El Urriellu, al fondo, y debajo, algunas casas de Bulnes. Todo visto desde el mirador de Camarmeña. ANA PAZ PAREDES

El Picu Urriellu, también llamado Naranjo de Bulnes, se deja querer desde Camarmeña. Si las nubes le dejan paso, él se asoma generoso a la mirada de quienes lo buscan en el horizonte para, por enésima vez, llevárselo para casa en la retina y en la cámara fotográfica.

En Cabrales hay varios lugares desde donde se le puede "cazar" si el buen tiempo lo permite, y uno de ellos y de los que más encanto tienen es el pueblín de Camarmeña, que conquistó la roca y la montaña siglos atrás gracias a los que allí decidieron vivir y levantar su morada. Ahora bien, pecado sería ir sólo a Camarmeña para ver el Urriellu, que puede con todos los corazones, sin fijarse en esta aldea increíble, donde ya por desgracia quedan pocos vecinos, pero constantes y luchadores, y que se deja querer desde el mismo instante que se pasea. Desde las viejas casinas de piedra hasta los apartamentos con vistas exclusivas a lo intenso de Asturias, hasta su pequeña iglesia dedicada a San Pedro, enclave de gran importancia en tiempos medievales, el paseo por Camarmeña sigue siendo una delicia cuando se continúa hacia el mirador.

Allí, asomados a la infinitud de un paisaje tremendo donde abajo se distingue la canal del Texu, camino por el que se sube al pueblo de Bulnes, y junto a la fuente de Peñalaros, el espíritu se siente un poco más libre mirando un horizonte que ayuda a olvidarse de prisas y de inquietudes. Tal es la sensación cuando se descubren el Urriellu y cuanto él atesora a su alrededor que inclusive la gente habla más bajo, más suave o más despacio. Respeto y emoción van a la par si el buen tiempo lo permite, aunque en invierno y nevado todavía gana más encanto, aunque pierda, y como es lógico para sus habitantes, en comodidad. Además, y ya para los que gustan de buenas rutas de senderismo, señalar que de allí sale una hacia la majada de Ondón. Sale el camino tras dejar atrás las últimas casas del pueblo, pasado el antiguo lavadero, donde el sendero y en ascenso remonta la ladera en dirección a los puertos altos.

Para llegar a Camarmeña hay que coger la carretera que sale a la derecha, en dirección a este pueblo y Poncebos, una vez llegados a Arenas de Cabrales. Desde Poncebos salen tanto la ruta a Bulnes como la del Cares. La carreterina que sube a Camarmeña es estrecha y con curvas, por lo que hay que ir con tranquilidad, llegándose sin problemas. El asfalto está bien. Arriba hay muy poco espacio para aparcar. Suele ser habitual encontrar tanto en la orilla como echadas en el asfalto algunas cabras, no en vano entramos en esa gran casa suya que es Cabrales, y donde ellas mandan.

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