En Gozón la tarde noche de Halloween es la de ánimas y en vez de truco o trato hay una cosechona de tradición. Decenas de calabazas autóctonas decoradas tomaron ayer el parque Zapardel de Luanco en la tercera edición del concurso que organiza el área de Cultura municipal, y que cada año suma participantes y calidad. El jurado lo tuvo extremadamente difícil para elegir a los ganadores de un certamen que ha conquistado a los gozoniegos y en el que la recuperación de la historia tiene premio.

La presidenta de la asociación de vecinos de Bañugues, Esther García, presumía en el parque Zapardel de las piezas que presentó su asociación a concurso, un trabajo de Bárbara García: "Esto sí que es tallar una calabaza. ¿Viste que guapa? Cuanto trabajo tien". Su calabaza hecha tiovivo no dejó boquiabiertos solo a quienes pasaron ayer por el certamen, sino también al jurado. Se alzó con el premio a la mejor talla por unanimidad dada la complejidad de su ejecución.

No se llevaron premio, pero la asociación de San Martín de Cardo destacó en originalidad con la representación de un parto que no dejó a nadie indiferente. "El tallaje no se nos da muy bien, nos pusimos con esto hace quince días y buscábamos algo original, algo que tuviésemos todas en común. Somos madres, así que se nos ocurrió lo del parto, porque todas pasamos por ello. Estamos contentas porque vemos que la gente se está riendo mucho", aseveró María Antonia García.

En Cardo tuvieron un duro competidor. La recién creada asociación cultural Fumañeda se llevó el premio a la originalidad por su recreación de la Santolaya de 1135. El colectivo, explicó Erika Álvarez Viña, indagó en los archivos del Monasterio de San Vicente de Oviedo para recrear la boda entre Pedro Domínguez, pescador de Bañugues, ,y Eulalia, una sierva de ese monasterio. "Se casaron en la antigua iglesia, de la que hoy día se conserva el pórtico románico y la pila bautismal, de más de mil años", apuntó Álvarez Viña.

El conjunto de calabazas más numeroso fue el que presentaron los vecinos de San Jorge de Heres, un bosque encantado con photocall incluido e integrado por cerca de una treintena de piezas. "Hicimos un taller en el que participaron todos los niños del pueblo y de otros puntos del concejo. Nos encanta ver cómo trabajan juntos decorando las calabazas niños y padres. Todos los años participamos y siempre llevamos algún premio", señaló Flor Álvarez. El jurado valoró "la sensibilidad en la manifestación del bosque mediante el trabajo en grupo" e hizo una mención especial "por la representación de un edificio emblemático, la Torre del Reloj". La Fundación de la Escuela de San Jorge de Heres se llevó el premio a la calabaza más grande.

Los trabajos de las asociaciones destacaron por su vistosidad, pero también fueron muchos los particulares que aportaron sus manualidades a la exposición de calabazas, como Paola Muñiz y sus amigos, o la pequeña luanquina Amilia Iglesias Vallano, que disfrazada de esqueleto ultimaba con sus padres Charo y Emilio su calabaza "sistema solar". El parque Zapardel también acogió una muestra de artesanía, en la que Hortensia Alonso presumía de sus trabajos con mimbre.

Participación en la feria ocho asociaciones de amas de casa y mujeres de las siguientes parroquias y asociaciones: Amas de Casa de Luanco, de San Balandrán (Laviana), de San Lorenzo (San Martín de Podes) y las asociaciones de mujeres de La Torre (Santiago de Ambiedes), La Cardina (Bocines), La Candelera (Cardo), de Enlaze (Laviana) y la Fundación del Patronato de la Escuela de San Jorge de Heres. En Gozón, la tradición vence por goleada en la noche de Ánimas a cualquier otra actividad. "Esto va a más", concluyó el concejal de Cultura.