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La superficie invadida por el plumero de la Pampa se multiplicó por veinte en un decenio

La plaga, que en 2006 se habría arreglado con 96.300 euros, comprometerá ahora, según los expertos, entre 4 y 6 millones

Una colonia de plumeros de la Pampa en Gijón. MARCOS LEÓN

La apreciable porción de Asturias en la que germina el plumero de la Pampa ha expandido su superficie hasta llegar a multiplicarse por 22 en apenas un decenio. La propagación acelerada de la gramínea invasora, que acumula casi un millón de plantas en 512 hectáreas según el inventario previo a la erradicación que acaba de elaborar el Principado, ha llegado a todo eso desde las escasas 22,93 hectáreas de terreno cubierto de plumeros que tenía la Asturias de 2006.

Once años después, la Administración autonómica tratará de contener la invasión movilizando una cantidad de "millones de euros" todavía sin especificación oficial después de hacer un estudio de dimensión del problema que da fe de su desproporcionado agravamiento. Con datos en su mayor parte recopilados en 2016, se dice que hay al menos una planta por habitante, 300.000 sólo en Gijón y para empezar a hablar 450.000 euros reservados en el proyecto de presupuestos que el Gobierno negocia con los grupos de la Junta? Aquellas menos de 23 hectáreas habrían arreglado el asunto con 96.300 euros, pero el tiempo ha pasado sin acción y el cálculo de costes, según la misma fuente que hizo aquel primero, el catedrático de Botánica Tomás Emilio Díaz, se ha disparado hacia una cifra situada entre 4,2 y 6,2 millones de euros. Ahora la factura será de al menos cincuenta veces más. No será posible argüir que la planta fuese en aquel momento una desconocida, había abundante bibliografía de análisis sobre las amenazas de la cortaderia selloana para la biodiversidad de la franja costera cantábrica y la Diputación de Vizcaya tenía publicada desde abril de 2006 una "Guía para el control" de la planta en la provincia que en buena medida basaba sus conclusiones en las de varias investigaciones elaboradas con anterioridad en Asturias.

El caso es que en el trayecto que va de aquellas 23 hectáreas a estas 512, y de los 96.300 euros a los cuatro, cinco o seis millones, la gramínea de germinación rápida que Asturias ha importado en masa a su pesar desde Sudamérica ha apretado el paso de su invasión. Sin apenas oposición se ha propagado por polígonos industriales no nacidos y márgenes de carreteras, pero no sólo. La tierra removida de lo que deberían ser áreas empresariales es el semillero mejor preparado para que prospere la plaga y ahí se ha localizado casi la mitad -un 48,5 por ciento- del millón de ejemplares inventariado por el Principado. Hay una cuarta parte -un 26,4- a lo largo de 338 kilómetros de autopistas y 90 de carreteras nacionales y los siguientes lugares colonizados, ya con proporciones más pequeñas, son vertederos y escombreras -el 6,3 por ciento-, minas o canteras -un 6,1-, solares urbanos -5,6- y vías de tren -3,1-.

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