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Los kiwicultores piden concentraciones parcelarias para triplicar la producción

Los empresarios del sector se muestran convencidos de que el cultivo aún puede extenderse por las vegas que van de Soto del Barco a Salas

El kiwi es uno de los grandes pilares del futuro de la agricultura asturiana. No se desarrolla más porque el Gobierno del Principado no se preocupa de hacer concentraciones parcelarias en las áreas ideales para su desarrollo. La producción asturiana suma unas 4.000 toneladas anuales que podrían incluso triplicarse con unas fincas bien dimensionadas.

Ésta es la tesis defendida por los principales kiwicultores de la región, entre ellos Juan Olivo, propietario de la plantación de La Isla, en Soto del Barco, con varias décadas de historia a sus espaldas y miles de toneladas de kiwis distribuidas dentro y fuera de España. La milla de oro en la que debería afianzarse el kiwi asturiano va precisamente a través de las vegas del bajo Nalón que discurren paralelas al río, desde Soto del Barco hasta Salas, sin olvidar las extensas superficies hortícolas de Grado hasta Trubia, hoy abandonadas en su mayoría.

"Se necesitan al menos 20 hectáreas para que una explotación sea rentable, y el terreno apto está en las vegas, no pueden plantarse kiwis en el interior", indica Juan Olivo. Su plantación, pionera en Asturias, dispone de 25 hectáreas y da empleo anual a unos 15 trabajadores. Por estas fechas, la época de recolección, llegan 38 trabajadores -en su mayoría españoles- para recoger la fruta.

Alrededor de las grandes plantaciones, entre las que también figura Kiwiastur, en Pravia, cuyo gerente es Juan García, orbitan decenas de pequeños productores que también suministran mercancía a quienes comercializan directamente con la gran distribución. Este tipo de cultivo, ligado casi siempre a otro tipo de explotación agraria, no es, a juicio de los profesionales, la fórmula idónea para engrandecer la presencia del kiwi en la región. "Con menos de 15 o 20 hectáreas no es posible crear una infraestructura y una empresa rentable", precisa Olivo.

En el Principado se cultivan en la actualidad 176,55 hectáreas de kiwi, con la reciente puesta en marcha de las 15 hectáreas de La Rodriga (Salas), donde Rafael Olivo Cimas, otro veterano y precursor kiwicultor asturiano, ha plantado "kiwi baby", un tipo de fruto más pequeño y dulce que el habitual en Asturias, que se consume con piel. La plantación, totalmente cubierta, es la única multivarietal de la región, y también tiene kiwi verde Hayward y kiwi amarillo Oscar Gold, cuyas ventas están aseguradas en 35 países. Olivo Cimas, con más de 35 años de experiencia en el mundo del kiwi, espera producir 500 toneladas de fruta en el plazo de tres años.

Precisamente durante la reciente visita que realizó a la finca la consejera de Desarrollo Rural, María Jesús Álvarez, destacó la "oportunidad que supone el kiwi para el aprovechamiento de las vegas, en unos suelos muy fértiles que están infrautilizados o abandonados".

"La ganadería aún representa el 87,5% del sector agrario, y nuestra intención no es renunciar a él, pero sí avanzar en la profesionalización de la agricultura", añadió Álvarez.

El kiwi llegó a Asturias hace casi 40 años y se implantó en el área del bajo Nalón, donde se dan condiciones ideales para su desarrollo. En 1977 los hermanos Armando y Alfredo Fernández Álvarez introdujeron en la región un producto totalmente desconocido. Hoy los kiwis asturianos compiten en el mercado nacional y también son muy valorados en la industria transformadora. El camino ha sido fructífero, pero el gran despegue está por llegar.

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