Asturias, la región española con más kilómetros de vías ferroviarias por habitante, ha apeado del tren a 2,5 millones de viajeros en siete años, a casi cuatro en el último decenio. En el tiempo que ha cubierto este siglo, y en todo caso desde el hito esencial que supuso la salida de la estación de Gijón del centro urbano a comienzos de 2011, las cercanías ferroviarias han acelerado una caída libre sin pausa que una protesta de usuarios achacó el pasado fin de semana al deterioro persistente del servicio. En los datos actualizados de Renfe, el desplome de la respuesta se sustancia en el paso de los 8,2 millones de viajeros de cercanías que registraba la operadora pública en los diez primeros meses de 2010 a los 5,6 millones del recuento recién actualizado a 31 de octubre de este año.
La estación de Gijón cambió el centro por la periferia en 2011, en mitad de una crisis que en 2008 había hecho crecer por última vez la cifra anual de viajeros en los trenes de Renfe. El repliegue venía de atrás, pero desde entonces, con ese retroceso se solaparon otros y el resultado es una sangría de usuarios uniformemente acelerada, desigualmente acompasada entre las cercanías de Renfe y las del ancho métrico de la vieja Feve. La suma de ambas da esos 5,6 millones de usuarios de enero a octubre de 2017, casi cinco millones menos que en el mismo periodo de 2000, con la caída condensada en el tramo más reciente y las cifras de los diez primeros meses de 2017 marcando otra vez sus mínimos históricos. Desagregados, los datos hacen más sangrienta la hemorragia en la vía estrecha, donde los retrasos y cancelaciones y la protesta por el deterioro del material y la insuficiencia del personal forman parte de la rutina del servicio en la vetusta red de Feve. Los 1,6 millones de viajeros de este año son aproximadamente la mitad de los 3,2 registrados hace diez y la diferencia supera el millón en la comparación con 2010, el último año antes del traslado de la estación de Gijón.
Desde ahí, las cercanías de Renfe han perdido por el camino casi tres de cada diez de sus usuarios, un 28,5 por ciento, y las de Feve cerca de cuatro, hasta superar el 38. La caída conjunta rebasa los 2,5 millones de pasajeros, lo que en términos relativos supone que aproximadamente un tercio de los viajeros se han apeado del tren en lo que va de década. A solucionar las carencias que han llevado al ferrocarril a esa vía muerta viene el anuncio del Ministerio de Fomento de tener para antes de que finalice este año un plan de reforma de las cercanías que comprometerá, según el anuncio del titular de la plaza, Íñigo de la Serna, no menos de 275 millones de euros. El tren es el eje de la reordenación de la movilidad que pretende el proyecto del Principado para el área central, donde según sus propios estudios se usa el vehículo particular para tres de cada cuatro desplazamiento.
