Daniel Ripa (Jaca, Huesca, 1981), defensor del título y único aspirante que repite en la carrera, examina su legado como secretario general de Podemos Asturias en las primarias telemáticas que la formación morada dilucida desde mañana y hasta el miércoles. Doctor en Psicología, primer y hasta ahora único líder de la organización en Asturias y diputado en la Junta, se examina de gestión frente a las dos alternativas críticas de Héctor Piernavieja, compañero de grupo parlamentario, y la concejala de Langreo Vanesa Llaneza.
- ¿Qué han hecho bien?
-Sobre todo, dos cosas. Por un lado, hicimos una apuesta municipalista en 2014, en un momento en el que Podemos planteaba no acudir a las elecciones municipales, e impulsamos una red de candidaturas que trabajan coordinadas y que han configurado una experiencia única en España. Eso tiene mucho que ver con el sistema de reparto del poder que existía en Asturias entre PP y PSOE y con nuestro convencimiento de que no se podía cambiar la política sin romper eso, sin echar al PP de la alcaldía de Oviedo por ejemplo. Podemos Asturias ha sido uno de los mejores ejemplos del Estado de generación de un espacio propio, ético, que consigue aprobar iniciativas en el parlamento y es independiente y no subordinado al PP ni al PSOE. Hoy ese pacto de reparto está más débil, la gente se ve reconocida en un Podemos que defiende con dignidad sus principios y es capaz de aprobar iniciativas desde la exigencia y no desde la subordinación. Estamos muy orgullosos también de las donaciones de cargos públicos a iniciativas sociales, 110.000 euros con el objetivo de llegar a un cuarto de millón al final de la legislatura.
- ¿Dónde han fracasado?
-Un partido que se crea de la nada, que entra en unas instituciones que no conoce a competir con gente que lleva allí 30 años emprende un proceso dificilísimo que en nuestro caso consumió muchas energías. Eso generó dificultades en la organización a la hora de crear áreas de trabajo sectoriales y de generar más vínculos de participación o de coordinación entre municipios, pero desde septiembre de 2016 empezamos a trabajar en eso con mucho más ahínco. Debemos reforzar la coordinación municipalista, avanzar en la feminización de la organización, profundizar en la descentralización y federalización de Podemos.
- Sus rivales le piden más "consensos parlamentarios". ¿Otra asignatura pendiente?
-Es un error, cuando no una irresponsabilidad, plantear determinadas cuestiones de determinadas formas. ¿Se quiere decir que hay que favorecer acuerdos con el PSOE sin garantías de cumplimiento? ¿Que hay que dejar de impulsar los casos contra la corrupción en los que está personado Podemos? ¿Que estamos dispuestos a llegar a acuerdos a cualquier precio? Eso se ha dejado caer en esta campaña y creo que sería un error, muy peligroso. Hay que conseguir que haya una fuerza social y ciudadana que haga al PSOE aceptar lo que acepta el conjunto de la población. Javier Fernández ha dado la espalda a sus votantes y la nueva dirección de la FSA no está siendo capaz de torcer el rumbo del Gobierno. Queremos consensos, pero sobre una base de compromisos sociales.
- ¿No les va a ser más fácil entenderse con la nueva FSA?
-La renovación hay que demostrarla. Lo primero que hizo Adrián Barbón al llegar al cargo fue equiparar su salario al de un portavoz parlamentario, no abrir la boca ante la petición de entrada en prisión del exconsejero José Luis Iglesias Riopedre y desdecirse de lo que se había planteado sobre la oficialidad del asturiano.
- ¿Para qué ha servido Podemos en las instituciones, le satisface lo conseguido?
-Hemos hecho nuestra parte, que consistía en ver dónde se estaba perdiendo el dinero en Asturias investigando por ejemplo las listas de espera sanitarias y planteando cómo reducir el gasto en sanidad. Hay un antes y un después en materia anticorrupción, fuimos capaces de aprobar una ley que acababa con las liquidaciones del ERA, o de que Liberbank fuese a la Junta a rendir cuentas. La simple presencia de Podemos hace que haya cosas que ya nunca serán igual.
- ¿Cuál será su actitud hacia los vencidos si gana, le sirve el modelo de Vistalegre II?
-Ya confronté hace tres años con otra gente, entre otros los que estaban en el entorno de Xixón Sí Puede, y seguimos trabajando juntos. El trabajo siempre unifica.
- Pidieron la inscripción para el voto en las redes con aquel añadido de "luego puedes desinscribirte si quieres". ¿No suena eso a vieja política?
-Es que no lo planteábamos de esa forma. Quisimos dejar claro que pretendemos aprovechar los procesos internos para que entre más gente a la organización, entenderlos como una oportunidad para ampliar el número de gente que se involucra.
- Pero para eso el mensaje debería ser más bien "vótame y quédate".
-Lo que decíamos era que en cualquier momento, cuando quisieran, no necesariamente después de votar, podían darse de baja.
- ¿El presupuesto tiene alguna posibilidad?
-¿Quieren aprobarlo? Este año nosotros hemos hecho un esfuerzo de síntesis y claridad. Expusimos cinco medidas, nos empezaron a marear y al final estábamos dispuestos a pactar si se admitía la integración de las guarderías en la red educativa pública. Aun así, no hay avances sustanciales. Si no eres capaz de comprometerte con ninguna de las cosas que se te están planteando, a mí me haces dudar de si realmente quieres llegar a un acuerdo.
- ¿Y su confluencia con IU?
-Avanza. La relación ha mejorado desde la llegada de Ramón Argüelles a la coordinación general de la coalición. Nosotros siempre hemos entendido que la confluencia había que hacerla desde el arraigo territorial y desde el respeto mutuo a la identidad. Apostamos por empezar por las confluencias municipales. En unos municipios se darán las condiciones para una candidatura conjunta y en otros no.
