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Director general de Desarrollo Rural y Agroalimentación

Jesús Casas Grande: "Debemos desligarnos de un modelo rural nostálgico que ya no genera futuro"

"Es fundamental suturar de una vez esa herida abierta entre el uso y la conservación de la naturaleza"

Jesús Casas, durante la entrevista. MIKI LÓPEZ

El madrileño Jesús Casas Grande, ingeniero superior de Montes, es el director general de Desarrollo Rural y Agroalimentación de la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales del Principado. Casas atesora una larga trayectoria profesional en la Administración, ligada a la gestión de los espacios naturales. Es autor de una decena de libros y ha colaborado en numerosos programas internacionales de protección medioambiental.

- Termina el año y es momento de balances.

-Ha sido un año divertido. Lo dije el otro día en relación con la sidra, luego pensé que igual el comentario había sido un poco frívolo. Quise señalar que ha sido un año intenso. Empezamos con la superación vaporosa de la crisis del sector lácteo, que volvió a tomar aire tras unos años difíciles. El sector ganadero ha ido muy bien. Hemos vendido mucha carne como consecuencia del aumento de las exportaciones en vivo. La transformación se va animando y la leche ha cogido pulso, aunque los precios aún no están muy altos.

- ¿La agricultura sigue siendo la gran olvidada?

-En el sector agrario hemos tenido disgustillos, pero ha habido una gran cosecha de maíz y el arándano se ha salvado. De la "cosechona" de manzana qué voy a decir. El kiwi y la faba también han tenido un año bueno.

- Y la sequía no afectó a Asturias como a otras comunidades. Un panorama casi idílico, dejando aparte el despoblamiento...

-Es una buena noticia que la estrategia contra el despoblamiento tenga un hueco en la política, aunque todavía estamos en la fase de identificar el problema. Empieza a hablarse de medio rural desde una perspectiva transversal, que es lo que me interesa. En el programa "Leader" hemos cambiado el modelo, después de tres convocatorias y mi sensación es que esa transición hacia otra "cultura Leader" se ha culminado. Estamos innovando.

- ¿Se refiere al "ticket rural"?

-Somos la única región que tiene una medida para incorporación al campo de jóvenes no agrarios. Llevamos más de cien tickets concedidos. Esto es completar la foto. Es un ejemplo en España.

- Defiende la plena igualdad de oportunidades entre lo rural y lo urbano.

-El medio rural tiene un componente agrario indudable, pero desde el punto de vista económico esa actividad no supone más del 30 por ciento. Además de apoyar al sector agrario debemos trabajar sobre el cien por cien de las actividades que se dan en el campo. Lo agrario seguirá siendo consustancial a lo rural, pero deben ocurrir más cosas.

- ¿Así no existe riesgo de desvirtuar el mundo rural?

-Hay que cambiar. Lo que no podemos pretender es seguir enganchados a una tradición que ya no nos da de comer ni genera futuro. La visión nostálgica del siglo XIX está muy bien para las películas en sepia y las tardes de chimenea. El medio rural tiene que ser un lugar con cabida para la innovación. No es un espacio para lo retro.

- ¿Entonces busca una réplica del medio urbano?

-Vamos a un modelo mixto y podemos llegar a ello. Aspiro a que los conceptos urbano y rural se vayan desdibujando. El grueso de la producción agraria de España no procede del territorio rural. Es necesario poner en marcha políticas específicas. Las políticas generales son para las ciudades, para lo urbano, y esto hay que tratar de cambiarlo. No es fácil.

- ¿Cómo van a luchar contra el abandono de los pueblos?

-El despoblamiento me preocupa relativamente. El foco hay que ponerlo en las razones de ese fenómeno. Se trata de entender por qué la gente se va de los sitios, no de obligar a nadie a que se quede. El modelo territorial español data de principios del siglo XIX. Tampoco parece muy razonable seguir enganchados a un sistema pensado para cuando se viajaba en diligencia. La población del siglo XIX vivía en un radio de cinco kilómetros. La del siglo XXI lo hace en miles de kilómetros. Esa movilidad implica otro diseño. No podemos sorprendernos de que unos territorios pierdan y otros ganen.

- ¿Y bien?

-Es necesario repensar el país. ¿Es viable tener 8.000 ayuntamientos? Probablemente, no. Hay verdades obvias que nos cuesta reconocer. Nos fijamos más en los casos que van mal que en los que marchan bien. Los concejos que ganan población pueden ser un ejemplo.

- ¿Sobran concejos?

-No me atrevo a hacer ese análisis, pero es difícil pensar que un municipio de menos de 100 habitantes pueda tener viabilidad y un proyecto propio. La clave pasa por valorar los recursos naturales y lograr la diversificación económica. Tenemos que generar economía, no podemos ir a un subsidio permanente. Tenemos un problema de escala, no basta con hacer un buen producto, hay que lograr volumen.

- La teoría suena bien; el día a día es otra cosa.

-Tenemos carencias que resolver. Que la fibra óptica llegue a todos los rincones justificaría ahora un plan nacional. No podemos poner en manos del mercado cosas que no va a arreglar. La naturaleza ocupará su espacio y necesitamos un proyecto de país para los próximos cuarenta años, como se hizo a mitad del siglo XX.

- ¿Se imagina ese futuro?

-He pasado 25 años de mi vida profesional en cuestiones de medio ambiente. Defiendo una visión más templada entre la naturaleza y el hombre. No veo a los recursos naturales como un medio hostil. Los temas de medio ambiente serán determinantes. Suturar de una vez esa herida entre uso y conservación es fundamental. Las dotaciones y servicios deben estar al mismo nivel que en el mundo urbano. Debemos posibilitar que en el medio rural puede hacerse cualquier cosa. La soberanía alimentaria cada vez es más global. Es razonable que sigamos produciendo cosas. Defender el producto local debe estar basado en la calidad. Y es importante la diversificación económica. No quiero diferencias entre urbano y rural.

- La comunicación oficial sobre la PAC ha sembrado dudas. ¿Estamos ante el fin de la última gran política común?

-Las palabras del comisario Hogan me han sembrado todo tipo de inquietudes. A la Comisión le interesa la respuesta que generan sus comunicaciones. Estamos en un momento delicado. No me suena bien que el peso financiero de la PAC sea menos ambicioso, con el "Brexit" como argumento.

- El "Brexit" ha venido genial como arma arrojadiza.

-Sí. La PAC ya viene siendo acosada desde hace años. Se está descontextualizando y me preocupa. No es que yo sea un centralista jacobino, que igual lo soy, vaya usted a saber. La referencia a lo ambiental me suena bien y modular el efecto del cambio climático también. Habrá que esperar a mayo y junio para concretar más. Me preocupa que no haya medidas en desarrollo rural y se vaya a objetivos. No creo que un sistema tan abierto vaya a ser más eficaz.

- ¿La Comisión se preocupa más por cerrar tratados con terceros países?

-El mercado no es un Dios, hay que utilizarlo, no adorarlo. No nos hemos recuperado del mazazo del "Brexit". Es un fracaso de la construcción europea. El equilibrio político es complicado. Ante eso es más fácil ir al exterior, y llegar a acuerdos. El tratado de libre comercio con USA que se malogró con Trump es otro golpe. Ante todo eso Bruselas admite la subsidiariedad. Se están cargando la idea de Europa.

- Y para colmo a Asturias llegan las siete plagas...

-La globalización está demoliendo fronteras, también para los animales y las plantas. El picudo rojo que procede de Indonesia ya está aquí. La actividad humana está transformando el clima. Debemos evitar dejar un infierno térmico a nuestros descendientes. La avispa asiática llegó a Francia; la polilla llegó a Galicia, el picudo habrá venido con una palmera. Estamos en la antesala de un gran cambio ambiental.

- Al menos aumenta el precio de la leche.

-La producción aumenta y la rentabilidad también. La mantequilla sube de precio y Francia compra materia prima a la asturiana Reny Picot.

- ¿Tras esta bonanza habrá otra burbuja láctea?

-Los ciclos son así. Por eso los mecanismos de apoyo financiero a la agricultura están bien. Las medidas de contención de producción han amortiguado la desaparición de las cuotas lecheras. El fenómeno de la mantequilla se atenuará. Veremos a ver si esta ola de leche se puede acompasar a finales del otoño del año que viene sin provocar otra crisis. Si no hay medidas de apoyo, el mercado resolverá las cosas de forma salvaje.

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