"Superar las rivalidades entre concejos" es el camino, y para ello nada mejor que dar personalidad jurídica al área metropolitana central de Asturias, lo que, "sin ninguna duda, mejoraría la situación social y económica de todos los asturianos". Lo afirma Carlos Velasco Otero, "asturiano de Oviedo nacido en Gijón", de 25 años, que ha elaborado un trabajo fin de máster titulado "Análisis territorial y estructural del Principado de Asturias", bajo la tutoría de Josep Roca Cladera, en la Universidad Politécnica de Cataluña.
El joven economista, que reside en Barcelona, ha concluido en su trabajo que la zona central de Asturias tiene un "comportamiento uniforme" y que sus características la convierten, de facto, en un área metropolitana. La creación efectiva de esa figura, según Velasco, implicaría notables beneficios a Asturias, pues se reducirían costes, se mejorarían los servicios, se evitarían duplicidades, e incluso se podría "hasta reducir la contaminación".
El economista estudió para su trabajo los flujos laborales, que se utilizan en Economía Aplicada para organizar las ciudades. Las tres principales localidades asturianas, Oviedo, Gijón y Avilés conforman el núcleo central del área y son los principales focos de atracción de la región. La capital es la que más personas "mueve", tanto por cuestiones de trabajo como residenciales. A continuación se sitúa Gijón, con atractivos similares a Oviedo, y en tercer lugar queda Avilés, que atrae, sobre todo, por aspectos relacionados con "la industria, la cultura y la actividad portuaria", según Velasco. Pero, a pesar de las diferencias de tamaño entre las tres ciudades, se observa un "comportamiento uniforme" que podría ser aprovechado. Serían, por lo tanto, esas tres ciudades los "subcentros" del área; Oviedo y Gijón de "alta incidencia", mientras que Avilés tiene una incidencia de "tipo medio". Por último, con incidencias "relativamente bajas" están Langreo, Mieres y Siero, las dos primeras con mayor peso laboral, la tercera de gran importancia residencial. Velasco concluye que la estructura urbana del área metropolitana sigue pautas de policentrismo y de dispersión. Y pone de manifiesto la falta de un centro jerárquico que concentre y densifique la mayoría de la población y empleo.
La creación efectiva del área central requiere, concluye Velasco, "la unificación del territorio bajo unas mismas directrices sociales, económicas, medioambientales, etcétera". Ha de ser "el ámbito político" el que impulse el área metropolitana", aunque a su juicio, antes debe "pasar por las manos de la comunidad científica, con el fin de que se estudie, analice y fomente la organización del territorio".
Además permitiría que las diferentes administraciones avanzaran "en la misma dirección", superando "los intereses localistas", subraya Velasco. La centralización de los servicios y las ofertas supondría "un enorme beneficio", pero ello no quiere decir que los ayuntamientos pierdan su personalidad, porque "los localismos también tienen su importancia". De ahí que abogue por "centralizar hasta cierto punto". Velasco cree que es momento de dejar definitivamente a un lado la "pugna Oviedo-Gijón" y darse cuenta de que "si miramos todos por todos nos irá mejor".
