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Dos días a oscuras en Quirós: "En los 40, sin luz se vivía", replican los mayores

Leña, carbón, velas y calma, la receta para los más jóvenes

Rafa Carrete con sus hijos Manuel y Martín, en Villagime.

A María Luisa Viejo, 90 años, vecina del caserío de La Aguadina, en el valle del río Ricabo, en Quirós, no le asusta la falta de luz eléctrica. "En los años 40 no la teníamos y vivíamos igual", espeta con la sabiduría que dan la edad y la experiencia. Esta mujer fue una de los muchos quirosanos que se quedaron sin electricidad desde la noche del domingo hasta ayer. La nevada hizo que los árboles cediesen y tirasen el tendido que da servicio a los pueblos de la zona alta -a más de mil metros-. Fue difícil para los técnicos de EDP arreglar el desaguisado, pero lo lograron en muchos sitios, aunque al cierre de esta edición Cortes y Lindes seguían sin luz.

El hijo de María Luisa, Florentino Menes, recibió las órdenes de su madre al llegar la noche y sin electricidad en casa: leña y carbón bastantes, la cocina de carbón bien encendida y las velas preparadas. Dice María Luisa que "antes las velas duraban más" y en las noches de invierno se hacían labores en el hogar. Soledad García, 98 años, lo explica: "Antes calecíamos en las cocina, a la luz del carburo o de una vela. Cosíamos, leíamos. Subíamos a los tejados a tirar nieve para evitar que se fundieran...".

Frente a ellas, están las generaciones más jóvenes, que se resignan, pero no se conforman. Josefina Fernández, 33 años, alcaldesa pedánea de Villagime, tuvo muchos problemas: no tiene cocina de carbón y todo en su casa es eléctrico. Ello unido a que cuenta con dos niños de 5 y 2 años. Una estufa de leña, un hornillo de gas y las velas le ayudaron en este trance. Los pequeños "no ven problemas, nosotros nos preocupamos de que haya calor en casa, comida y agua caliente". Alba Bellón, joven vecina de Villar de Cienfuegos, tuvo que arreglarse con un hornillo, frontales y velas. "Con la comida no tuve mucho problema, tengo congelada". La falta de agua caliente y de calefacción se notan, y mucho, a diario.

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