Adelantó Enrique López, diputado de Podemos, que aquello iba de llevar "al Gobierno central el clamor de la calle". La parte de la calle que clamando agitó ayer el pleno de la Junta vestía camisetas rojas que decían que "la pensión es un derecho" y sacudía pancartas contra la subida de las pagas, del 0,25 por ciento que quedó definido como "pírrico" en una de las dos iniciativas sobre el particular que aprobó la Cámara en una tensa sesión de orientación al Gobierno. Sólo el PP votó en contra de la condena al incremento que sugería IU, y aunque en algunos otros pormenores del asunto emergieron apoyos parciales de Foro y Ciudadanos, sólo los populares se opusieron invariablemente a todos los capítulos de dos propuestas de resolución que posicionan a la Junta en contra de la revalorización de las pensiones y a favor de algunas posibles soluciones.

Las pensiones habían llegado a la Cámara en dos iniciativas, de la mano de Podemos e IU, y el debate de la primera de ellas en el orden del día, la de la formación morada, tuvo el ruidoso acompañamiento de una "claque" de pensionistas indignados a los que el presidente de la Junta, Pedro Sanjurjo, reconvino en varias ocasiones y hubo de resistirse a desalojar.

En la tribuna de invitados, con un catálogo de pancartas de papel y cartón que llamaban a la subida del 0,25 por ciento "atraco perfecto del Gobierno" o decían que "no a los subsidios de miseria", un grupo de jubilados colaboró con los diputados para hacer inusualmente bronca la sesión. Dentro del hemiciclo y fuera, porque el murmullo de las interrupciones de los de dentro llegó a confundirse por momentos con los gritos y las protestas que llegaban de fuera. Jalearon los concentrados a los intervinientes de Podemos e IU, interrumpieron con abucheos y reproches a los de PP y Foro y tras escuchar la discusión de la iniciativa sobre pensiones propuesta por Podemos se fueron antes de que el pleno terminara de debatir la segunda que sobre el mismo tema defendía IU.

El caso es que todo lo propuesto salió adelante, incluida la demanda de la formación morada de alimentar las maltrechas arcas de la Seguridad Social mediante un impuesto a la banca, oferta que triunfó pese al rechazo de PP y Ciudadanos y la abstención de Foro y que remite a la que hizo en enero el líder del PSOE, Pedro Sánchez. También asintió la Cámara a la exigencia de acompasar la revalorización de las pensiones al incremento del IPC o a la de arbitrar medidas para restañar "la grieta de género del modelo". El voto en contra del grupo socialista desactivó la pretensión de Podemos de añadir la derogación de las últimas reformas laborales, la del PSOE (2011) y la del PP (2013) -"la de 2011 ya no está vigente", adujo Margarita Vega-, pero los socialistas sí se sumaron al resto de las pretensiones, a las de la formación morada y a las que sumó IU: el rechazo explícito a la subida o la elevación de los tipos de cotización para los salarios más altos y las empresas, una medida cuyo rendimiento cifró Gaspar Llamazares en 8.500 millones de euros.

Son peticiones dirigidas todas al Gobierno de la nación, única instancia con potestad para ponerlas en marcha, y la supuesta futilidad de todos los intentos que pueda acometer un Parlamento autonómico sin competencias en la materia enzarzó durante un rato a los grupos. No era el lugar, dijeron al menos Foro y PP. "Los parlamentos", echó un cable Llamazares a Podemos, "están para dar salida a los conflictos y demandas sociales más allá de sus competencias estrictas". Finalmente, la Junta instó al Principado a instar al Gobierno de la nación a reformar el sistema de pensiones, pero antes hubo mucha bronca dentro y fuera del hemiciclo, a un lado y otro de la cristalera que lo separa de la tribuna de invitados.

Los diputados y el público dieron mucho que hacer a Pedro Sanjurjo desde que Enrique López introdujo la cuestión con un duro alegato que pronunció mirando y nombrando a Mercedes Fernández, presidenta del PP de Asturias. Una diatriba sobre "un absoluto despropósito, una injusticia radical, todo un escándalo", "una estafa social, un verdadero atraco". Ciudadanos pidió un gran acuerdo y el PSOE encontró coincidencias en análisis y remedios antes de entrar en abierta competición con el PP por huir de la paternidad del agujero en la caja de las pensiones y en el bolsillo de los pensionistas. "El PSOE creó el fondo de reserva y el PP lo agotó", dijo la socialista Vega; "Rajoy nunca congeló las pensiones", replicó Gloria García (PP) para dar paso a la proclamación de que al sistema "el gran golpe se lo dio Zapatero".

Entre interrupciones de diputados y vítores y abucheos de invitados, la tribuna rugió sobre todo a las defensas de García al Gobierno -"la subida es pequeña, pero es la que se puede hacer en la situación en la que estaba el país"-, también a las acusaciones de motivación electoralista que ésta y Cristina Coto (Foro) dirigieron a Podemos. Se fueron en su mayoría sin asistir al debate de la iniciativa de IU y esto no pasó desapercibido a los ojos del PP, que jugó con el origen de la movilización: "Cuando habló Podemos estaba esto lleno", dijo García, "cuando le toca a 'Unidos' no queda nadie. Deberían dar una vuelta a eso".