A la primavera le está costando hacerse ver plenamente en Asturias y, sin embargo, ya es un placer perderse por alguna de sus carreteras secundarias para descubrir nuevos rincones donde descansar de la semana y emocionar la vista y el espíritu. Eso sucede cuando, en el concejo de Belmonte de Miranda y en la carretera (más o menos a la altura de Alvariza y a menos de un kilómetro de la capital del concejo) decidimos desviarnos a la derecha, en el caso de ir desde Oviedo, por la AS-310 en dirección a las poblaciones de Tuña y Boinás.
Mucho antes de llegar a estos destinos lo que se va descubriendo es un paisaje que, a medida que se asciende, y sobre todo para disfrute del que acompaña al conductor en este viaje, se va abriendo camino del cielo y mostrando pueblos, brañas, bosques y lomas tras cada nueva curva. Ahora bien, la naturaleza es mejor disfrutarla caminando y un buen paseo es desde la entrada a esta braña, pasando junto a una cabaña que pertenece al pueblo de Carricedo, hasta llegar al alto de la braña de Las Estacas, donde, además de un ganado que ya empieza a poblar los pastos, se puede contemplar una inmensidad digna de fotografiarse, se mire donde se mire. Desde esta zona se pueden ver a lo lejos entre otros pueblos el de Balbona. Ahora bien, antes de llegar, desde el lugar donde se halla la cabaña de Carricedo, se pueden ver dispersos en el horizonte de la carretera los núcleos de Fresnedo, Modreiros y, más abajo, Silviella.
Los que quieran continuar por las brañas vaqueiras belmontinas pueden hacerlo tras salir de nuevo a la carretera para continuar en dirección a Tuña y Boinás. A apenas 500 metros está ya allí en el alto, donde hay un amplio cruce de carreteras y señalizada con un cartel informativo, la ruta de estas brañas, donde ya se ven también algunas cabañas. La ruta senderista es vaqueira. Se denomina así por atravesar una parte del territorio vaqueiro de Belmonte de Miranda. Desde el Cu.láu del Muru se asciende hacia el Picu La Corona, dejando atrás La Fana, con restos de minería aurífera de época romana, sobre los que también se informa al inicio de la ruta en otro cartel informativo.
El que quiera continuar por la carretera encontrará a la izquierda el precioso pueblín de Las Estacas, al que pertenece la braña citada en este reportaje. En la misma dirección se puede llegar también hasta el otro pueblo de Balbona, del que se tenían unas magníficas vistas desde varios rincones de la braña de Las Estacas. Así son las tierras belmontinas en las que se nos muestran lugares con tanto encanto y tanta belleza como éstos, para disfrutar de Asturias en primavera.
