El juicio que se sigue en la sección segunda de la Audiencia Provincial contra la abogada Ana María R. F., acusada de apropiarse de dinero de sus clientes con todo tipo de artimañas, incluso falsificar autos judiciales, tuvo esta mañana un abrupto final cuando la magistrada Covandonga Vázquez decidió suspender la vista hasta mañana ante el estado de nervios de la acusada y su constante llanto. Poco antes, la mujer había pedido un receso para tomarse una pastilla, una de las 18 que, según señala, tiene prescritas para afrontar sus trastornos, uno disociativo d ela personalida y otro bipolar. La mujer asegura que ha sufrido hasta tres intentos de suicidio, unos con 120 pastillas y otro arrojándose desde un tercero en Piedras Blancas, del que solo se salvó al tropezar con el tendal del primero piso. "Quiero terminar con esto y disfrutar de mis nietos", había indicado la letrada poco antes del juicio.

El ministerio público solicita diez años de cárcel e indemnizaciones por importe de 1,3 millones de euros por apropiarse del dinero de una treintena de clientes. Esta mañana, el juicio se ha iniciado con las cuestiones previas. La defensa, a cargo de Marcelino Tamargo,ha pedido incluir informes psiquiátricos recientes de la acusada y una documentación económica que según él demuestra que no se apropió de cantidad alguna de la sociedad. La letrada que defiende los intereses de ésta ha solicitado que se declaren prescritos varias de las piezas del caso. La letrada Ana G. Boto que defiende a varios de los perjudicados, pidió incluir a varios peritos, pero el tribunal los rechazó. De la prescripción se pronunciará más adelante.

En su declaración truncada, la abogada acusada no ha admitido que firmase determinadas facturas ni que amañase autos judiciales. Cuando ha admitido que las firmas eran suyas, ha sido para indicar que el dinero lo cobró la sociedad que tenía con el abogado Miguel Ángel B. S., personado como acusación particular, bajo la dirección letrada de José Ramón Nistal. En otros casos sí ha admitido el cobro de algunas cantidades, como 53.000 euros de una idemnización de una pareja. "Yo les pedí esos 53.000 euros porque estaba mal económica y psíquicamente, pero ya había cerrado con mi exmarido la venta de la vivienda común, por lo que mi situación era temporal", aseguró.

Peor en esto sufrió un crisis que obligó a su ingresó en el área de Psiquiatría del Hospital y ya no pudo hacer frente a sus responsabilidades. Ana María R. F. se presentó como una mujer enferma, ya diagnosticada en 2011, dos años antes de que estallase el escándalo.