En dos años, en el mundo habrá más de 50.000 millones dispositivos conectados a internet, anuncia el profesor del departamento de Informática de la Universidad de Oviedo Julio Molleda. En su grupo -Autogestión de Sistemas Informáticos- tienen claro la importancia de transferir al tejido industrial asturiano su conocimiento de los sistemas de visión por computador. "El campo de trabajo en el que podemos operar es enorme: desde aplicaciones para móviles, vehículos autónomos o software de aviación, entre otros", explica Julio Molleda, profesor titular del área de Arquitectura y Tecnología de Computadores y subdirector de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón, que trabaja junto a otros diez compañeros en las labores investigadoras en el entorno de la Milla del Conocimiento gijonesa. "Un enclave privilegiado", a su modo de ver, por la conexiones que allí se crean.
Molleda dirige actualmente la tesis de Álvaro Fernández Millara, ingeniero en Informática, que cursa actualmente el programa de doctorado en Informática, que disfruta de una de las ayudas predoctorales "Severo Ochoa". Acaban de concederle una prórroga a la beca porque cuando la adjudicaron ya llevaba dos años en el programa de doctorado.
El objetivo de su tesis doctoral es analizar aspectos tales como la precisión y la incertidumbre asociadas a un sistema de reconstrucción 3D que permita obtener el contorno de un carril de ferrocarril durante el proceso de fabricación, del que se puedan derivar sus dimensiones. Como resultado de este análisis el joven doctorando está proponiendo métodos que permiten incrementar la precisión con la que se proporcionan, en tiempo real, las dimensiones de esos carriles durante su fabricación. Su doble vertiente, académica y profesional les permite estar en contacto con estudiantes, profesionales y empresas centradas en innovación, y poner en práctica la necesaria transferencia de tecnología de la Universidad al sector productivo.
En su disciplina, se encuentran en los últimos años con la realidad de una mayor oferta de empleo que titulados salen al mercado. Año tras año se cubren las plazas tanto de grado como de másteres en Informática, pero la demanda de profesionales en el sector es tan alta que los graduados acceden a su carrera profesional nada más finalizar los estudios. "Muchos se van a la empresa en la que realizaron sus prácticas y, además, los hay que comienzan a trabajar ya antes de graduarse", cuenta Molleda.
Resolución de problemas
Su grupo de investigación realiza actividades de investigación aplicada, enfocados a la resolución de problemas con aplicación directa en procesos productivos, en este caso en la industria manufacturera, tan presente en la región. Habitualmente cuentan con financiación tanto pública -a través de convocatorias competitivas de proyectos europeos, nacionales o autonómicos- como privada -por medio de contratos con empresas-. Para lograrlo, afirma el subdirector de la Escuela Politécnica de Gijón, "la formación de doctor abre muchas puertas". Molleda ve en Fernández Millara a un futuro miembro del grupo de pleno derecho: "Su formación es muy sólida". No obstante, el joven, con la frescura de la edad, contesta resuelto ante su maestro: "Aún no sé qué haré después, pero no había pensado quedarme en la Universidad".
Molleda destaca la importancia de los mentores. "Mi maestro ha sido el profesor Rubén Usamentiaga, quien me ha enseñado un buen número de técnicas que aplico en el día a día y de quien constantemente sigo aprendiendo". Según este docente de Informática sus mentores le han inculcado "los valores del esfuerzo, la rigurosidad y meticulosidad en el trabajo" que él trata de llevar a su práctica cotidiana, apunta. En la gestión afirma que se ha encontrado con un equipo humano en la dirección de la Politécnica de Gijón "con el que nunca me hubiese imaginado trabajar, es envidiable, igual que mi grupo de investigación", sostiene.
Lo más difícil en la carrera investigadora, a juicio de Álvaro Fernández, es lograr el equilibrio entre hacer algo interesante en lo académico, "que sea publicable ,y cumplir con los requisitos del cliente en la industria". Ése es su reto diario. Las relaciones con las empresas les permiten conocer las necesidades que hay al otro lado de la Universidad.
Su otra línea de trabajo tiene que ver con etapa preuniversitaria. Buscan fomentar las vocaciones tecnológicas en Primaria, Secundaria y Bachillerato a través de jornadas divulgativas, la Olimpiada de Informática o actividades específicas para las chicas, minoría en las ingenierías. "Lo que pretendemos es que a quienes les guste esta materia y tengan destrezas para ello vean que puede ser una oportunidad para su futuro", concluye Molleda, quien es partidario de introducir desde Infantil juegos algorítmicos y materias que potencien el pensamiento computacional.
