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El crimen mafioso que implica a 4 polesos, la venganza por una matanza en Duisburgo

Seis miembros de un clan calabrés fueron asesinados por otro grupo italiano, los Nirta, en el enésimo episodio de una vendetta iniciada en 1991

Giuseppe Nirta. AGENCIAS

El asesinato de Giuseppe Nirta en Águilas (Murcia), el 9 de junio del año pasado, por el que están siendo investigados cuatro vecinos de Pola de Siero en calidad de encubridores, podría ser una venganza por una matanza perpetrada diez años atrás a la puerta de una pizzería de Duisburgo, en Alemania, el enésimo episodio de una vendetta que se inició 1991 con una simple broma en la localidad de San Luca, en el Aspromonte calabrés. Se cree que Giuseppe Nirta fue uno de los mafiosos detrás de la masacre, en la que cayeron seis miembros de 'ndrina (nombre que reciben los clanes de la 'Ndrangheta, la mafia calabresa) de los Pelle-Vottari. Conocida como la "matanza de Ferragosto", porque tuvo lugar el 15 de agosto de 2007, fueron condenados en Locri (Italia) varios miembros del clan Nirta-Strangio, seis de ellos a cadena perpetua.

El feudo de San Luca

La masacre de Duisburgo fue a su vez una venganza por un ataque de los Pelle-Vottari para asesinar a Giovanni Nirta, y que le costó la vida a su mujer, María Strangio, y lesiones a su hijo de cinco años. Toda esta serie de venganzas tienen origen en una simple gamberrada de unos jóvenes del clan Nirta-Strangio, que, el 10 de julio de 1991, durante el Carnaval, lanzaron huevos contra un local regentado por uno de los Pelle y ensuciaron el coche de un Vottari. Es el inicio del llamado "feudo de San Luca". Como venganza, los jóvenes del clan Nirta-Strangio recibieron una paliza. Otro grupo del mismo clan salió en busca de venganza y encontraron a un Vottari, que al verse acorralado sacó una pistola y liquidó a dos de ellos. Y así hasta el crimen de hace un año en Murcia.

Giuseppe Nirta, "El Italiano", llevaba instalado unos años en España. Había estado relacionado con el tráfico de drogas en la región del Piamonte, en el norte de Italia, y se cree que también intentó mover drogas desde España. El asesinato de Nirta fue cometido por cuatro encapuchados, que le dispararon por la espalda cuando iba a entrar en un chalé en el paraje de El Charcón. Nirta estaba con su pareja sentimental, que no sufrió lesión alguna.

Por este oscuro crimen ha sido detenido el también italiano Giuliano Velo, un narco de 59 años recientemente detenido en Albania y extraditado a España. Los investigadores creen que Velo pudo cometer el crimen aprovechando un permiso penitenciario. Cumplía una condena de ocho años por un alijo de marihuana de 2.600 kilos aprehendido por la Guardia Civil en septiembre de 2011, tras un tiroteo entre bandas rivales. A Giovanni Velo, con un historial delictivo que asusta -se le atribuyeron dos asesinatos, uno intentado, en Marbella en 1999-, se le considera en Italia como uno de los capos de la Mala del Brenta, una organización mafiosa en torno a Padua, en el Véneto. El pasado mes de mayo fue enviado a prisión por el magistrado Antonio Morente, del Juzgado número 3 de Lorca. Todo indica que el narco actuó como sicario de los Pelle-Vottari para vengarse de la masacre de diez años atrás.

Relaciones con Velo

Los cuatro vecinos de Pola de Siero a los que se ha implicado indirectamente en este crimen son dos parejas detenidas por la Guardia Civil a finales de noviembre del año pasado. Tres de ellos fueron puestos en libertad poco después y una cuarta, expareja sentimental del presunto autor del crimen, obtuvo la libertad provisional el pasado mayo. La mujer pidió que se archivasen las actuaciones respecto a ella, por considerar que no tenía nada que ver con el crimen, pero la Audiencia de Murcia rechazó sus pretensiones. Tanto esta mujer como su compañero sentimental viajaron al parecer a Murcia el fin de semana del crimen.

Otra de las parejas de Pola de Siero implicadas está formada por un hombre que trabajó en el pasado con Velo y su mujer, de origen brasileño. Se les atribuye haber entregado un pasaporte esloveno a Giuliano Velo, para facilitarle la huida. La mujer habría mantenido contacto telefónico con el mafioso. Los cuatro niegan cualquier relación distinta de la amistad respecto al presunto autor del crimen.

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