L. M. A.

El Ayuntamiento de Avilés concedió en 2006, al segundo año de levantarse la suspensión de licencias urbanísticas y tras la entrada en vigor del nuevo PGOU, 29 permisos para construir edificios de viviendas, once más que en el período anterior y diecinueve de ellas para acogerse a algún tipo de protección autonómica. Estas licencias otorgadas a la construcción se traducen en 785 pisos, a los que habría que sumar 19 para viviendas unifamiliares. En total, 804 frente a las 617 de 2005; es decir, un 30 por ciento más. La media, en cuanto a cifras, de los permisos que el Ayuntamiento venía concediendo en Avilés antes del parón por causa del plan urbano era del orden de seiscientos anuales.

El concejal de Infraestructuras, Fernando Díaz Rañón, aprovechó estos datos para hablar de un «impulso en el sector», que, según él, coincide con el «estancamiento» en otros lugares de Asturias. Los pisos en Avilés experimentaron durante el último año una subida del 7,3 por ciento, una décima por encima de Gijón y casi el doble que en Oviedo, pero Díaz Rañón explicó que a partir de ahora la tendencia en la ciudad será a la inversa, es decir, el incremento del precio de la vivienda será menor.

Al mismo tiempo que se daban más licencias para edificios, el número de permisos para vivienda unifamiliar era inferior en en 2006 que en los años precedentes. En el ejercicio pasado se concedieron 19, la mayor parte en el núcleo rural, frente a los 26 de 2005 y a los 33 de 2004, éstas últimas situadas fundamentalmente en El Quirinal.

Además, el Ayuntamiento otorgó 14 licencias para naves industriales sin uso; 19, para rehabilitaciones integrales en edificios de viviendas (6), y casas unifamiliares (13); otras 9 para ampliación y reforma de inmuebles; 123 se tramitaron para rehabilitación de fachadas, 54 de ellas en el casco histórico y el resto en los barrios de La Luz y de La Carriona. De las 853 licencias que se despacharon en Avilés para construir, ampliar y reformar edificios, 129 fueron para obras en el conjunto histórico.

Díaz Rañón explicó que con las expectativas que se abren tras la entrada en vigor del plan urbano, cabe esperar un repunte inmobiliario en los años que vienen tras la etapa de parálisis anterior y con ello un descenso de los precios, como consecuencia, además, de la existencia en el mercado de mayor número de viviendas de protección autonómica. El concejal de Infraestructuras insistió en que las condiciones serán mejores que en el resto de Asturias a causa de las urbanizaciones pendientes.