E. CAMPO

«El pequeño comercio en Avilés está muy bajo», «la falta de aparcamiento es un gran inconveniente frente a las grandes superficies», «la campaña fue fatal», son algunas de las frases que repiten los comerciantes avilesinos, preocupados por el presente y el futuro del sector. El informe que ha encargado la UCAYC sobre la red comercial de la comarca pone de relieve la gran cantidad de locales cerrados, y propone la transformación del casco antiguo en un centro comercial al aire libre.

La mayoría de los empresarios del sector se queja de que no hay ayudas suficientes para el pequeño comercio, y que estas se escapan hacia las grandes superficies. Es lo que opina María Jesús López, gerente de la boutique Lacoste, que reclama facilidades de aparcamiento en el centro. También critica el precio de los alquileres. «Están altísimos, casi 6.000 euros en la calle La Cámara. El dinero no da», afirmó.

Las rentas también son un motivo de queja para Julia Menéndez Alonso, dueña de Julia Lencería-Corsetería. «Son muy altas, no puedes coger locales grandes, son prohibitivos». Por eso reclama que se potencie el sector y que se hagan más aparcamientos. «El comercio debería de tener acuerdos con los parkings para atraer clientes. Avilés es pequeño pero hace falta poder aparcar», señaló la comerciante.

Otra comerciante encuestada ve el principal problema en la competencia de las grandes superficies. «Este año fue un fracaso total, incluida la campaña de Navidad, y eso es por las grandes superficies y sus amplios espacios de aparcamiento, no hay más», afirmó. Y es una pescadilla que se muerde la cola, porque como dice María José Rodríguez, de Gema Calzados, la falta de aparcamientos empuja a los clientes hacia las áreas comerciales del extrarradio.

Las grandes superficies y las tiendas de chinos son también la razón que ve Margaret Arias, de La Economía, para este declive del comercio. «Y todas las facilidades de los accesos por carretera son para El Corte Inglés, el Ayuntamiento tendría que dar más importancia al pequeño comercio». La lectura que hace Enrique García, dueño de la Sastrería Enrique, es más profunda. «El euro nos hundió en la miseria, hizo que bajara el poder adquisitivo a la mitad». A su juicio, puede ser una buena idea convertir el casco antiguo en centro comercial al aire libre. «Todas las iniciativas que se lleven a cabo me parecen bien».

En esto no se muestra de acuerdo José Díaz, propietario de la joyería Díaz. «Si somos incapaces de llegar a acuerdos entre todos los joyeros, ¿cómo coordinar veinte gremios diferentes?». Luis Menéndez, que fue dueño de la sastrería Luis, también menea la cabeza con pesimismo al hablar del futuro del sector. «En Gijón veo cantidad de pequeño comercio. Aquí no».