Ponte (Portugal), Diana DÍAZ

Con acento astur triunfó este fin de semana el Orfeón de Castrillón en el VII Encuentro coral ibérico, que se celebró en la localidad portuguesa de Ponte. La delegación llegó a Portugal el pasado viernes con las voces bien colocadas y una bandera de Asturias colgada en el cristal trasero del autocar, a juego con el bordón de una gaita que a punto estuvo de ser subastada por «el bien común». El Orfeón de Castrillón acudía así a la cita que celebra anualmente la iglesia del pueblo de Ponte, perteneciente al concejo de Guimaraes, en el distrito de Braga. Es la tercera vez que el coro castrillonense se escucha en tierras lusas, y estuvo acompañado por la concejala de Cultura de Castrillón, Paula de Diego. Los coristas veteranos recordaron, durante el viaje de ida, su participación en la primera edición del Encuentro, en la que «los lazos que se crearon con el Coro de Ponte provocaron alguna lágrima al regresar de nuevo a la tierrina».

A diez mosquitos castellanos por kilómetro estampados en el cristal, el Orfeón de Castrillón llegó, al caer la noche, a la ciudad de Fafe. El regreso al Encuentro de Ponte era la cita más esperada del XXV Aniversario del Orfeón. Pero será el próximo día 23 de noviembre cuando el Orfeón termine de soplar velas, en su concierto junto a la Orquesta de Cámara de Siero, que se celebrará en la iglesia de Piedras Blancas. «Pongan sus relojes a punto, señores, una hora menos en la hora local», avisó José Alberto García, de la junta administrativa de la Asociación de Amigos del Orfeón. Los asturianos pusieron el pie en la tierra de los viñedos, de los pingos de café, los fados y los tremogos.

El «día grande» fue el sábado. El Orfeón degustó las visitas preparadas por el Grupo Coral de Ponte, que organizaba el Encuentro y celebraba al tiempo sus bodas de perla. El coro apuró la ruta matutina, tras la prueba acústica en la iglesia de Ponte bajo directriz de su batuta, José Manuel González -«Joiser» y bautizado «Tanjoiser» durante el viaje-, y de Lidia Alea, directora de los «Escolinos» y los «Neninos», las facciones benjaminas.

Fue en el patio del palacio de los duques de Braganza -en el que Pilar López de Ayala se desgarró loca de amor, durante el rodaje de «Juana la Loca»- donde los más jóvenes del Orfeón se arrancaron a cantar un par de canciones, como invadidos por la saudade portuguesa. «¿Sois de una tuna?», les preguntaron.

Los integrantes del Orfeón se sorprendieron de los avances de la Coral de Ponte y de la personal y dinámica dirección de José Luis Freitas, durante las actuaciones del Encuentro. Los castrillonenses se ganaron ovaciones tras la interpretación de un programa variado y «rodado», en el que, introducido acertadamente por un canto gregoriano, brillaron las obras sacras de Busto, Victoria y Bardós, y los temas profanos «Habladme del mar», de Barja, y «Con acento astur», de Braña. De interés también fue el estreno del «Ave María» de Mantyjarvi.

El canto, idioma común, empapó cada instante del viaje y para la memoria del Orfeón quedarán las cenas en el comedor de Balazar, donde sirvieron sus «hits» cada coro, uniendo voces en «Grândola, Vila Morena», la canción que marcó el inicio de la Revolución de los Claveles.