Las iglesias de la comarca se vistieron ayer de gala para recibir a los niños y niñas que, ataviados con los consabidos trajes blancos inmaculados, acudieron a los templos con sus familias para recibir el sacramento de la comunión por vez primera en sus vidas. Este tradicional rito católico que se hace coincidir con la primavera tendrá continuidad el próximo domingo, día en que los sacerdotes tienen previsto una segunda remesa de comuniones.