Humorista, actúa en la Caverna de la Bestia, esta tarde, a las 20.00 horas.

Humorista, actúa en la Caverna de la Bestia, esta tarde, a las 20.00 horas.

María Díaz, «La Vikinga», pasó de ser enfermera a la hostelería. Entonces se dio cuenta de que el humor era «la mejor arma para defenderse de los malos rollos». Hace más de dos años, un humorista de la Paramount Comedy la enredó para empezar a escribir y actuar. Luego vino su paso por el programa televisivo «El rey de la comedia», que fue simplemente «un escaparate para que la gente se acercara a mis directos». La humorista avilesina le echa carácter.

-¿Es una chica guerrera? Por lo de La Vikinga, digo.

-Si, siempre hay que llevar el barco hasta donde haya agua. Uno no puede ahogarse en este mundo en el que todos parecemos ovejas.

-Así que en sus actuaciones pone los puntos sobre las íes.

-Hablo de lo que me pasa por la calle. Mi aspecto propicia situaciones surrealistas. Mira tú que hay gente que todavía se gira cuando paso. Piensan que soy un transexual con frecuencia. Un policía me dijo una vez «tranqui, muchacho...». Y luego va mi madre y dice que «la Policía no ye tonta». Incluso una vez bajé de un escenario y uno del público me tocó una teta preguntándome si «me las ponía para actuar». Nada, que a mí me viene estupendo que hablen. Y si fuera un «travelo», ¿Qué más daría? Hombre, eso sí, no me llamaría María del Carmen...

-Y con esa pinta pasó por la televisión, en un momento en el que se buscan «productos».

-Va a ser que no me adecué a sus exigencias. Querían que saliera todos los días a contar lo fea que soy, pero me aburría siempre con lo mismo ¡Tengo más registros! No me dejaban hablar de ciertos temas, cuando son cosas de las que se ríe la gente en las casas. Si hay algo que no llevo es la censura y las jerarquías.

-¿Nos hacen falta más dosis de humor?

-Risa sí hace falta, mofa no. No es lo mismo reírse de un cojo, que hacer de reír a un cojo. Ahora no sabes si pagar el litro de gasolina o la hipoteca. O te ríes o te da un síncope. Hay que buscarle la gracia a las cosas que no la tienen.

-Porque en el norte de España hay gente con gracia, no sólo en el sur del país...

-Yo puedo hacer de andaluza, pero un andaluz lo tiene más complicado para imitar a un gallego. En «El rey de la comedia» había 17 andaluces. ¡Qué saturación! Yo les decía: ¿Sabes que hacen veinte cirujanos reunidos? Todo, salvo operarse entre ellos.