La Callezuela (Illas),

Myriam MANCISIDOR

Sin crisis y con buen humor. Decenas de personas se desplazaron ayer por la mañana hasta La Callezuela, capital de Illas, animadas por los actos incluidos en la tercera edición de la Feria de la seronda. Quien más y quien menos se llevó a casa un recuerdo comestible y algún que otro objeto de artesanía. Se aprovechó, además, para degustar el ya tradicional menú illense a base de berzas, picadillo, carnes, dulces y otras delicias, casi siempre regadas con sidra. Illas vivió así una agitada jornada que puso el colofón a un fin de semana festivo y con buen tiempo.

El sábado los illenses y foráneos disfrutaron hasta altas horas con el concierto de «La Bandina'l Tombo», un grupo ya veterano en los escenarios de la región que muestra el estilo de música tradicional asturiana. Aún con la resaca festiva, Illas volvió a la carga a eso del mediodía. Entonces el mercado abrió de nuevo sus puertas y durante toda la mañana los visitantes pudieron dar un paso atrás en la historia entre hilanderos, plateros, tejedores, cesteros o cocineros que elaboraban sus productos en vivo y en directo. La oferta comercial se complementó con talleres artesanales. Las primeras notas musicales llegaron de la mano de María Luz Cristóbal Caunedo, Mónica Menéndez, Fonsu Fernández y una banda de músicos populares a la una.

El respiro para comer coincidió con el «avituallamiento» de los turistas en los bares de Illas. Ya por la tarde, tuvo lugar una competición de juegos populares (rana, tiro de cuerda, llave y carrera de panoyas) y, por si fuera poco, a eso de la siete, los grupos «Na Señardá» y «Escontra'l Raigañu» ofrecieron música y bailes, algunos prácticamente desconocidos para los presentes. A las ocho llegó el «pieslle» de la feria, con la también tradicional danza prima.

La Feria de seronda es un producto creado por el plan dinamización turística de la Mancomunidad «Comarca Avilés» que dirige Alberto Tirador. Cuenta, además, con la colaboración de asociaciones y vecinos del concejo, así como con la ayuda de «Escontra'l Raigañu» y otras entidades que velan por la supervivencia de las tradiciones asturianas.