Ana G. DUQUE

La etiqueta de una crema de langosta revela que está hecha a base de patatas y harina de trigo y que sólo contiene un 5 por ciento de este crustáceo. Nada de eso es ilegal, ya que «la ley sólo obliga a especificar cuánta langosta contiene el producto, no a que sea su principal ingrediente», afirmó Claudio Alvargonzález, ponente de la conferencia de apertura del seminario «Seguridad alimentaria: estudio multidisciplinar», que comenzó ayer con una charla sobre el etiquetado y presentación de los productos alimenticios.

Fue un curso práctico en el que, utilizando sobres de sopa y botellas de sidra a modo de ejemplo, Alvargonzález, abogado y colaborador de la asociación de consumidores UNAE, explicó a los asistentes cómo leer una etiqueta y qué tipo de información debe aparecer en ella. «La mayoría de los consumidores no saben leer las etiquetas de los alimentos que compran», señaló. Existe una ley de la UE cuyo objetivo es informar sobre la composición de los productos. «La finalidad de esta conferencia es que los asistentes aprendan a entender la información de los alimentos para saber qué comen».

El conferenciante explicó que, según la ley, la composición de los productos alimenticios debe aparecer en el envase en orden decreciente en función de la cantidad.

En el curso, que se impartirá durante toda la semana en el Centro de Servicios Universitarios, se analizará la seguridad alimentaria desde la perspectiva científica y también desde el punto de vista de la empresa. Se abordarán cuestiones como los controles de seguridad y calidad a los que se someten los alimentos o los métodos empleados para testarlos. Además, los conferenciantes se apoyarán en el análisis de casos reales para explicar las crisis alimentarias más importantes, como la gripe aviar.