Raíces, Inés MONTES

Doce en punto del mediodía, Sonsoles González, licenciada en Historia, ya está dispuesta para comenzar la segunda visita guiada del día al castillo de Gauzón. Sonsoles González se ha estrenado dos horas antes. A las diez de la maña se inauguraban las visitas guiadas al Peñón de Raíces organizadas por el Ayuntamiento de Castrillón. «El cupo de quince personas se cubrió rápidamente porque vinieron varios miembros de la Asociación de Vecinos de Raíces Nuevo que querían ser los primeros en poder subir al Peñón y así fue», explica la guía a las puertas del centro de interpretación de Raíces Viejo. En una hora larga, la guía explicará las entrañas de la fortaleza que data del siglo VII, anterior a la batalla de Covadonga del 711 y anterior por tanto a la formación del reino de Asturias.

El punto de partida de las visitas guiadas, que pueden concentrarse para las diez o las doce de la mañana o las cuatro de la tarde es el centro de interpretación ubicado en la plaza de Raíces Viejo, a dos pasos del monasterio de la Merced, segunda etapa de la visita. En el centro de interpretación está el laboratorio en el que el equipo de expertos que dirigen Alejandro García e Iván Muñiz analiza y estudia los restos que se van encontrando en el castillo de Gauzón.

La segunda etapa de la visita es el monasterio de la Merced. Sonsoles González explica que fue una iglesia perrománica de la orden de Santiago «pero de esa etapa no se conservan restos». Los primeros vestigios que aún permanecen datan del siglo XV, cuando el monasterio fue fundado por Fernando González de Oviedo y que cedió su gestión a los Franciscanos. En el siglo XVI llegó la orden de los Mercedarios.

La polémica restauración del monasterio no ayuda a los visitantes a hacerse una idea de la construcción original. No obstante, en la fachada occidental, se aprecia el claustro de la época franciscana con tres arcos de medio punto que recuerda a la iglesia de San Francisco de Avilés. Al lado del monasterio quedan restos de la capilla de la Luz, donada por la familia Alas de Avilés y dos escudos, uno de ellos de Martín Peláez de Avilés. Según la leyenda, ayudó a Pelayo en una batalla contra los moros y se hizo fuerte en Raíces.

La visita continúa por el camino peatonal entre Raíces Viejo y Raíces Nuevo. Los accesos al Peñón de Raíces se han habilitado con medidas de seguridad para los visitantes. Unas escaleras con un pasamanos de cuerdas ayudan a los usuarios a acceder a lo alto del Peñón y empezar la visita al castillo de Gauzón.

Los visitantes no distraen a los miembros del equipo de expertos que trabaja en las excavaciones. El sol que ayer calentaba al mediodía no impedía que los arqueólogos limpiaran de forma meticulosa los suelos de las tres estancias de casi doce metros cuadrados cada una, que está resultando uno de los principales hallazgos de esta tercera campaña de excavaciones que comenzó el pasado 1 de junio.

El pavimento es un suelo de mortero a la manera «opus signimum» (obras realizadas con varios aparejos usados en la arquitectura e ingeniería hidráulica romanas).

El itinerario recorre los tres sectores en los que está estructurado el castillo de Gauzón. El sector 3 corresponde a la plataforma inferior. En el sector 1 se ha localizado el torreón adosado a la muralla y en el sector 2 se encuentran las dependencias y la iglesia de San Salvador. Los arqueólogos tienen previsto sacar a la luz el templo que consagraron tres obispos.

El descenso del Peñón de Raíces se efectúa por el trazado de la senda fluvial, un paseo llano que permite a los visitantes hacerse una idea de la zona en la que se supone estuvo el embarcadero del castillo que estuvo cercado por bosques y marismas.