E. CAMPO

Un plan director de rehabilitación integral para la iglesia de los Padres Franciscanos. Esta es la petición que realizan el arquitecto Jorge Hevia y el profesor de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo Vidal de la Madrid, en un momento en que el templo avilesino está de plena actualidad, al quedar liberada su cabecera con el desmontaje del viejo convento. Esta intervención se corresponde con el 15 por ciento del total del edificio que, según Hevia y De la Madrid, requiere una actuación «desde el pavimento hasta las tejas» que permitiría también una excavación arqueológica en el interior. Este templo, de origen románico, es un edificio clave para la historia de la ciudad, ya que es el más antiguo conservado. «Todo lo que investiguemos ahí hablará de nosotros», apuntó De la Madrid.

Lo que los expertos sostienen es que con un plan director se podría realizar un examen a fondo del edificio que ponga de relieve sus males, es decir, que sea el diagnóstico previo a su restauración. «Si no hay un plan, mal vamos a poder intervenir en un edificio que ya ha sufrido mucho», aseguró el profesor de Historia del Arte. En su opinión, el edificio es tan rico en estilos, épocas y espacios que cualquier esfuerzo se vería recompensado con creces. Además aseguró que la intervención actual no puede completarse mientras no se haga obra en el interior del edificio, ya que se descubrieron dos ventanas del flanco sur, incorporadas durante la ampliación barroca, y que están tapiadas. «En cualquier caso lo que se está haciendo ya es una alegría extraordinaria, da respuesta a una aspiración de la ciudad».

De la intervención actual Jorge Hevia explicó que una vez que se desmonten los añadidos correspondientes a la residencia de los franciscanos, se restañarán las cicatrices del edificio histórico. «También vamos a tener que poner a la concepción original la cubierta del ábside, que es de tipo piramidal y actualmente está totalmente desvirtuada por el adosado», explicó. Hevia cree que el valor del edificio bien merece una intervención completa que vaya más allá de la retirada del adosado.

En lo que se refiere a la vertiente arqueológica, actualmente están previstas dos intervenciones en el entorno del templo. Una, debajo de la residencia de los franciscanos, una vez que se retire la estructura, y que correrá a cargo del arqueólogo Sergio Ríos. La otra será en la capilla de los Alas, cuya rehabilitación está a punto de contratar la consejería de Cultura. Sin embargo, tanto Hevia como De la Madrid consideran que el interior de la iglesia podría aportar mucha luz. «Es una ocasión única para poder estudiar el subsuelo en la zona más sensible de la villa; sería prudente levantar los pavimentos de terrazo, hacer una prospección arqueológica y ver si queda algún tipo de enterramiento», concretó el arquitecto, que dirige la obra de desmontaje.

Hevia apuntó algunas de las características del trabajo que se está realizando en los Padres:

l Se intentan recuperar todos bordes de sillería de los vanos históricos que estaban cegados, como los de las ventanas ocultas que iluminaban la nave central.

l Uno de los contrafuertes está horadado para dejar un pasillo y habrá que colmatarlo nuevamente. Como existe otra pieza simétrica, la recuperación se podrá realizar con gran fidelidad del original.

l Durante el desmontaje se localizó la clave de una bóveda que pudo pertenecer a una antigua sacristía y que después fue utilizada como material de mampostería en los muros.

l Tiene especial dificultad el desmontaje en el pasaje de conexión de la antigua residencia con el coro, que es a través de las bóvedas de la capilla del Cristo. Obliga a actuar en el trasdós de la bóveda y apuntalar debidamente. «El resto es más sencillo y de aquí a cuatro semanas el desmontaje ya estará concluido», indicó Jorge Hevia.

l La planta baja de la antigua residencia está a metro y pico del nivel de la plaza de Carlos Lobo. Cuando se saquen los últimos escombros, que son meros rellenos, se procederá a su retiro por medios mecánicos sin tocar la capa arqueológica.