E. CAMPO

Hay vida después de Romeo. El dramaturgo José Sanchís Sinisterra decidió plantearse: ¿y qué pasaría si Julieta no se hubiera suicidado realmente tras ver muerto a su amado? ¿Y qué sería de Próspero, el mago de «La tempestad», después de la boda de su hija? ¿Y si ambos se encontraran? Con estos dos personajes shakespearianos, una buena dosis del universo de Samuel Beckett y su propia escritura y personalidad, el autor teatral más destacado del panorama español cocinó «Próspero sueña Julieta (o viceversa)», que se estrena esta tarde (20.15 horas) en el teatro Palacio Valdés, con dirección de María Ruiz.

El equipo se mostró ayer entusiasmado de poder presentar la pieza en Avilés, una plaza «fetiche», a juzgar por sus palabras. «Es un placer estar aquí; cada vez que estrenamos en el Palacio Valdés, nuestras funciones están tocadas con magia», afirmó la productora Clara Pérez. Colomé resaltó, además, «el prestigio» que supone pasar por las tablas avilesinas. «Próspero sueña Julieta» se verá después en el Festival de Almagro e iniciará una gira nacional e internacional.

Antonio Ripoll, responsable de la programación teatral, subrayó el placer de recibir al equipo de «Próspero...». «Sanchís Sinisterra está prácticamente en plantilla, este año ya tuvimos aquí "El cerco de Leningrado"; y con María Ruiz empezamos los estrenos en Avilés, antes incluso de que tuviéramos el Palacio Valdés», recordó.

María Ruiz, por su parte, dio unas pinceladas sobre la pieza teatral, y explicó que los dos personajes protagonistas comparten su esfuerzo para seguir vivos, y que su encuentro produce una influencia benéfica y peligrosa a la vez. «Él representa el monólogo; ella, el diálogo. Ella quiere alguien con quien imaginar que está hablando; él intenta defenderse para seguir escribiendo su obra», explicó la directora. Las palabras que emplea Sanchís Sinisterra son, casi, un personaje más, a juzgar por lo que dijeron actores y directora. «Julieta tiene algunos momentos en los que habla como la Julieta de Shakespeare, y luego se deconstruye», indicó Clara Sanchís. Y Héctor Colomé añadió: «Para mí ha sido muy importante pelear con las palabras, es un texto bellísimo».

Alegría e ímpetu son los rasgos que caracterizan a esta Julieta que pasó 30 años encerrada en una cripta, con los restos de Romeo, mientras que el Próspero que intenta proteger su intimidad reflexiona sobre el sacrificio, la creatividad y el sufrimiento. «La función es un continuo contraste, hecha a base de pequeñas cosas», concluyó Sanchís.