Saúl FERNÁNDEZ

Al actor Fernando Tielve lo que le gusta de los cortos es «el arte por el arte». Y es que considera que en otro tipo de películas «se pierde la ilusión y se va al negocio». Tielve, con opiniones claras sobre la naturaleza de su trabajo, luce un currículo breve, pero prometedor: «El embrujo de Shanghai», de Fernando Trueba, o «El espinazo del diablo», de Guillermo del Toro... No hace demasiado salió también en la teleserie de misterio «El internado» (Antena 3). «Las series de televisión son como ir a fichar en la oficina, en los cortos no hay horario», aclaró. Tielve es uno de los invitados del Certamen Nacional de Cortos «Villa de Avilés», que ayer presentó su novena edición.

Thaïs Blume es otra de las invitadas del certamen avilesino, es decir, es una de las jurados que determinará los vencedores entre los doce finalistas que estos días se podrán ver en la Casa de Cultura. Trabajó en la serie «Sin tetas no hay paraíso» (Tele 5), interpretaba el papel de una actriz porno y era rubia. Blume llegó a Avilés con la nueva imagen, la de una de las protagonistas de «El sueño de Bambi», su debut como actriz de teatro y como productora escénica. «Hace tiempo que veníamos persiguiendo este proyecto que finalmente estrenamos en Barcelona, en la sala Ivanow, y en septiembre empezaremos a girar por la provincia, esperamos que se vea fuera. La compañía se llama "Entropel" y daremos mucho de que hablar», vaticinó la actriz catalana.

Blume es la protagonista de «Luna caliente», lo último de Vicente Aranda. Se trata de un «thriller» que protagoniza Eduard Fernández. El recorrido de esta película, sin embargo, es todavía breve. Cuando se le pregunta por su medio predilecto de acercarse a la interpretación lo tiene claro: «Los tres: el cine, la televisión y el teatro».

Los dos actores se sentarán para ver los cortos finalistas con el orgullo de participar en un certamen importante y, además, «ponerse al día» en lo que se refiere a las películas de corta duración, «donde nadie cobra y todo se hace por contar una historia», apuntó Tielve.

Juan Solo, de la cantera de la Paramount Comedy, fue el maestro de la ceremonia inaugural que juntó a unos cuantos aficionados a los cortos. Los monologuistas formados en el canal de pago son fijos en el Certamen Nacional de cortos «Villa de Avilés». Han pasado por el escenario del auditorio local casi todos los más destacados.

El humorista ofreció un monólogo sobre su particular visión del cine. Minutos antes de salir al escenario explicó la naturaleza de su oficio, a mitad de camino entre los actores y los cuentachistes. «Te sabes chistes y dices uno, luego otro más y así hasta el final... los monólogos son algo más», explicó. Solo presenta cada noche, en el madrileño teatro Alcázar, un espectáculo de monólogos. «Hay que tener respeto al escenario, no es lo mismo un teatro que un local de copas», comentó.

Para el humorista, el futuro de la escena «no pasa por los musicales» porque precisan de muchos actores y una gran producción. «Las obras serán de uno, dos o tres actores», sentenció. Solo se formó en la Escuela de Arte Dramático de Madrid y condujo un «late night» en la misma Paramount Comedy.