Myriam MANCISIDOR

El cañón submarino de Avilés, uno de los ecosistemas más extraordinarios del Cantábrico localizado a 7 millas de la costa y donde se cree que habita el mítico «kraken» o calamar gigante, será otra vez objeto de estudio el próximo mes de septiembre. La Coordinadora Gallega para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma) que preside Alfredo López tiene previsto iniciar una nueva campaña de estudio basada en los cetáceos y las aves existentes en este enclave natural que dará continuidad a las dos que se desarrollaron el último año enmarcadas en el proyecto «Life Indemares». El fin de la nueva investigación en el cañón avilesino, según adelantó López, es «recoger información con la idea de presentar una propuesta de protección de la zona».

«Estaremos en el cañón aproximadamente una semana en septiembre», adelantó el presidente de la Cemma. En ese tiempo, los profesionales tienen previsto recoger información acústica de los mamíferos y tomar datos de las condiciones meteorológicas. Los investigadores realizarán además imágenes de los cetáceos para su fotoidentificación y grabaciones para el estudio de su comportamiento. El pasado septiembre, el equipo de Cemma, a bordo del catamarán «Gran Bahía», avistó un total de 69 ejemplares de cetáceos: delfín mular, delfín gris, calderón común, rorcual aliblanco y un cetáceo odontoceto no identificado. Y es el que el cañón de Avilés es, a juicio de los investigadores, un paraíso de «monstruos marinos».

De ahí que los investigadores que están detrás del proyecto «Life Indemares» consideren el cañón de Avilés como uno de los ecosistemas más extraordinarios del Cantábrico. Pero precisan: «Destaca en la zona una intensa actividad pesquera, especialmente dañina en el caso de la pesca de arrastre practicada de forma habitual en aguas del cañón de Avilés y fondos aledaños de la plataforma asturiana. Además, las interacciones de las artes de pesca con tiburones y cetáceos también son frecuentes, siendo numerosas las capturas accidentales».

En la página web de «Indemares», donde se recoge información del cañón de Avilés, reza también : «Los usos costeros también tienen influencia mar adentro. Entre ellos la ampliación del puerto de Avilés, la contaminación en forma de vertidos de aguas residuales urbanas e industriales deficientemente depuradas y la degradación litoral a costa de un desarrollo industrial, urbanístico y turístico desmedido». El proyecto «Life Indemares» tiene como objetivo contribuir a la protección y uso sostenible de la biodiversidad en los mares españoles. Cuenta con un presupuesto de 15,4 millones de euros y se prolongará hasta 2013.

El cañón de Avilés se podría explicar como un gran valle sumergido sísmicamente activo: los seísmos apenas alcanzan el grado 3 de la escala de Richter, por lo que son prácticamente imperceptibles, según distintos trabajos. A 8 millas de la entrada de la ría, el cañón alcanza profundidades de hasta 4.000 metros. En esta zona se cree que habitan calamares gigantes y otras especies raras como bogavantes de tres pinzas. En este área se halló también un ecosistema de corales blancos y esponjas de cristal en 2008. Más recientemente, un equipo de investigadores descubrió un arrecife de coral de aguas frías asociado hasta ahora a zonas tropicales de aguas cálidas. Por estos motivos, las voces que claman la protección del Cañón de Avilés son cada vez más.