Poetisa, autora de «Armadura de azúcar»

Saúl FERNÁNDEZ

La escritora Esperanza Medina (Avilés, 1964) acaba de sacar del horno su tercer libro de poemas: «Armadura de azúcar» (Dolmen, 2010).

-Las armaduras de azúcar se disuelven con nada, lo sabe, ¿no?

-Fíjese qué imagen: el azúcar es blanca, impoluta... y, si la acaramelas, se endurece. Lo que me gustaba, se lo digo de verdad, es pensar que una sola gota de agua puede hacer que la armadura se desquebraje.

-¡Pues vaya armadura!

-Sí, una armadura que de pocas cosas protege, pero, ¿se ha dado cuenta de que la armadura disuelta no deja de ser algo dulce?

-¿Se veía «amasando» en el obrador de una confitería?

-El libro tiene un epílogo en el que se cuenta la historia de un castillo que se cocina en una pastelería y de una niña. Una coraza que no protege nada.

-¿Cuánto tiempo echó en la cocina de este tercer libro de poemas?

-Pues unos cuantos años. Lo que pasa es que la levadura editorial ha tardado en subir.

-La poesía no da dinero.

-¡Mientras no me obligue a gastarlo estaré encantada!

-¿Los versos son como las trufas?

-¿Por lo dulce?

-No, por la «delicatessen».

-Los versos son ese pastel que no sabes si te va a gustar, pero cuando lo pruebas no puedes abandonar.

-¿Se pueden leer poemas en la playa?

-Perfectamente... si no te molesta la arena. De hecho, alguna de las ideas de esta «Armadura de azúcar» vinieron cuando estaba tomando el sol.

-Con el niño, con la pelota... no parece un sitio que inspire demasiado.

-Siempre se puede buscar una esquinita. No se ande con remilgos, que seguro que en algún momento inconfesable escribió usted algún poemilla.

-Hemos venido aquí a hablar de su libro al que, por cierto, Aurelio González Ovies pone la guinda.

-Una guinda con un sabor muy agradable, por lo menos para la pastelera, o sea, yo.

-Publica el libro una editorial de cómics. ¿Raro, no?

-¿Por qué? Literatura son novelas, pero también son historietas. Me dieron la oportunidad y no puedo estar más que encantada.

-El libro busca una respuesta. ¿La encuentra?

-Lea el último poema.

«Se pueden leer poemas en la playa perfectamente... si no te molesta la arena»