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-¿Qué impacto ha tenido la crisis en cada una de las fábricas operativas en Tamón?

-La de productos fitosanitarios ni se ha enterado y en el caso de nomex y sontara cayeron bastante los pedidos, hasta un 50 por ciento en el caso de la primera. Pero es una situación ya superada. A día de hoy, todas están produciendo a plena capacidad.

-Dando por sentado que Du Pont proporciona a todos sus complejos mundiales las mismas armas para competir por nuevas inversiones, ¿cuál es el factor diferencial que explica por qué Asturias capta proyectos y otros emplazamientos no?

-Existe un substrato común a todos Du Pont que tiene que ver con la formación y el entrenamiento, los pilares básicos del buen quehacer profesional de nuestros trabajadores. Quizás el factor diferencial asturiano tenga que ver con la motivación, con el hecho de conseguir que todos los que vamos en el barco rememos en la misma dirección; y la motivación no se consigue sólo con dinero. Yo, como jefe del equipo, trato de dejar claro en todo momento a dónde vamos, tanto en los buenos tiempos como en los malos. La gente tiene que analizar si esa dirección está de acuerdo con sus expectativas y necesidades y obrar en consecuencia. Y luego le damos mucha importancia al trabajo en equipo, entendido como un marco laboral en el que todos pueden -y deben- compartir puntos de vista, opinar y rebatir si llega el caso las ideas preconcebidas. Yo soy el jefe, pero estoy dispuesto a rectificar en todo si hay razones convincentes que lo aconsejen. Esto genera un caldo de cultivo intangible que, según creo, es lo que nos hace mejores en términos productivos. El resto viene rodado: si eres el que mejor hace el producto «X», lo lógico es que la compañía te elija a ti cuando se trata de hacer otro producto afín.

-¿Cuál es su teoría de la crisis en la que estamos inmersos desde hace dos años?

-Si me permite un símil, estamos en plena resaca de una borrachera financiera monumental. La digestión de un chupito se hace bastante rápido, pero si te pasas con las copas, la cosa puede durar días. Pues el sistema financiero mundial se permitió unas alegrías en forma de asunción de riesgos y endeudamiento que ahora están pasando factura.

-No obstante, la inversión de Du Pont en Asturias no se ha visto afectada.

-La estructura financiera de Du Pont se basa en buena medida en los recursos propios, y eso es un plus cuando los bancos restringen el crédito.

-La crisis ha devuelto protagonismo a actividades básicas como la industria una vez visto que otros sectores tenían pies de barro. Buena ocasión para reivindicarse, ¿no?

-Sin duda alguna la industria es un puntal sólido de la economía y los hechos recientes lo han demostrado, por ejemplo en una región con gran presencia fabril como Asturias, que a diferencia de mi tierra (Valencia), donde el desarrollo económico pivotaba sobre otros motores, ha notado menos los efectos negativos de la desaceleración.

-El verano pasado, Du Pont propuso a sus trabajadores de todo el mundo coger vacaciones no remuneradas como forma de colaborar con la compañía para reducir los costes en plena crisis. ¿Qué resultado tuvo esa experiencia en Asturias?

-El 92 por ciento de la plantilla se apuntó al plan, yo entre ellos. Y algunos llegaron a solicitarlo para este verano; pero no, esta vez no lo hemos aplicado.

-¿Y no hubo represalias para el 8 por ciento restante?

-Claro que no. No se sabe ni quienes son y seguro que tuvieron sus buenos motivos para tomar tal decisión.

-¿Convendrá conmigo en que se trata de una iniciativa cuando menos peculiar?

-Pues no es una idea nueva ni mucho menos, ya se había llevado a cabo en el crack del 29. ¿Que suena raro? Bueno, el modelo organizativo de Du Pont es así; como antes le explicaba todos sabemos a donde vamos, ya sea en época de vacas gordas o flacas. Ahora tocó arrimar el hombro, pero los sueldos son variables y cuando los resultados acompañan, también es cierto que todos nos beneficiamos.

-¿Considera que la sociedad asturiana aún no ha valorado a Du Pont en la justa medida? Se lo pregunto porque aún son ustedes vistos en ciertos ámbitos como unos extraños en la región.

-Sé que se nos acusa de opacidad, pero discrepo. Aquí no hay nada que esconder, como puede comprobar cualquiera que venga a vernos. Y nuestros trabajadores son en su mayoría asturianos, tienen familia y amigos; quiero decir con esto que hay mucha gente que sabe de primera mano cómo funcionamos. ¿Que tenemos unos valores muy rígidos en términos de seguridad? Ese es un valor innegociable.

-Al menos ya no son ustedes la diana de los ecologistas.

-Nunca hemos tenido incidentes ambientales y ojalá que sigamos así. Claro que eso no es casual, nuestro trabajo y dinero nos cuesta; de hecho, las partidas relacionadas con la seguridad son las únicas que no se tocan ni siquiera en la peor de las crisis.

-¿Se interesa el Gobierno asturiano por cómo les van las cosas?

-Hay muy buena relación, no puedo más que decir buenas palabras de la Administración regional.

-Podría creerse que es una relación interesada; se lo digo por el acceso a subvenciones públicas.

-Las inversiones del tipo que hace Du Pont no están condicionadas por las subvenciones, se lo aseguro. Si un proyecto es viable, lo es con o sin subvenciones. ¿Qué además hay la posibilidad de acceder a ayudas públicas? Pues miel sobre hojuelas, pero desde luego no es el factor decisorio.