Myriam MANCISIDOR/

Rubén SAMANIEGO

Comienza la cuenta atrás: en menos de tres meses la hostelería avilesina dirá adiós a los malos humos. Esto será debido a la previsible aprobación de la ley antitabaco que ya ha pasado el primer corte en el Congreso de los Diputados. A partir del 2 de enero de 2011 el fumar en lugares cerrados pasará a la historia: el gesto de encender un cigarrillo sólo se podrá hacer en prisiones, psiquiátricos, algunas zonas de los hoteles y clubes de fumadores. Tampoco se permitirá fumar en recintos sanitarios, aunque estén al aire libre, en parques infantiles o centros educativos. La polémica está servida. En Avilés también. La anterior ley, de 2005, establecía la elección del dueño del local entre fumar o no fumar en su establecimiento. De ahí que muchos empresarios como Alfonso Menéndez-Azcárraga o Ismael Rodríguez, gerentes de «El Nogal» o «Casa Alvarín», ambos en Avilés, realizaran entonces obras para acondicionar sus locales a la nueva normativa.

Menéndez-Azcárraga invirtió alrededor de 12.000 euros para establecer una separación física entre el área de fumadores y el de no fumadores. «Me da rabia haber gastado todo aquel dinero, pero ahora todos los hosteleros estaremos en las mismas condiciones porque no se podrá fumar en ningún local», explica el empresario. De esta forma se muestra de acuerdo con la nueva ley, a pesar del fracaso de su decisión de establecer la barra del bar como no fumadores. «He tenido pérdidas de hasta el 50 por ciento en barra por prohibir el consumo de tabaco. Estos meses estamos levantando la mano ya que enseguida la prohibición será total», asegura Menéndez-Azcárraga. Aunque ante la prohibición, el ingenio se agudiza.

Este hostelero ya piensa en alternativas para potenciar la terraza: «Estamos pensando en la idea de instalarla durante más meses. Cuando haga mucho frío podríamos poner estufas y sombrillas para permitir la comodidad del cliente fumador», añade. Otro ejemplo que se encuentra en Avilés es el caso del restaurante Alvarín. Su dueño, Ismael Rodríguez, también prefirió restringir algunas áreas de su local para los no fumadores. Sin embargo se muestra más estricto y concienciado con el hábito del tabaco. «Estoy deseando que la ley prohiba completamente el fumar», declara. En su caso no le importa el dinero que tuvo que gastar, también unos 12.000 euros, para acondicionar un comedor para fumadores con puerta automáticas y sistema de ventilación al exterior.

Ismael Rodríguez prohibió en su día fumar en la barra del bar de su restaurante pero hace aproximadamente un año tuvo que dar marcha atrás y levantar la mano ya que el número de clientes, y por tanto consumiciones, cayó en picado. De cara a la nueva ley, Rodríguez, eso sí, ya tiene algunos proyectos en marcha. La primera: crear un club de fumadores en el ático del edificio del restaurante. «Lo que no sabemos todavía es si va a ser exclusivamente un club para socios o no», explica el hostelero, que cree que en su local los clientes o socios dispondrán de cigarrillos, puros y cavas para pasar un rato agradable sentados en sofás. Para acondicionar el ático, Ismael Rodríguez realizará nuevas obras como, por ejemplo, ensanchar la escalera que da acceso al futuro club de fumadores.

«Estoy a favor de la ley pero esta se debe cumplir a rajatabla porque si no quienes la aceptamos estamos en desigualdad de condiciones. Y no es plan de salir a la calle a denunciar la primera irregularidad que se detecte, las cosas no funcionan así», sentencia Rodríguez, satisfecho de haber habilitado en su día un comedor con dieciséis mesas para los clientes amantes del tabaco. El resto del restaurante está ya libre de humos. Y es que el tabaco es un mal compañero de mesa. En Asturias, según datos de la Consejería de Sanidad, el hábito de fumar está relacionado con 2.500 muertes cada año en la región.

El Hospital San Agustín es, precisamente, pionero en Asturias en lo que se refiere a la prohibición de fumar en el recinto sanitario. El centro que dirige Alfonso Flórez forma ya parte de la Red Europea de Hospitales Libres de Humo con el objetivo de promover un ambiente saludable y favorecer la deshabituación tabáquica de sus pacientes y trabajadores. La Red Europea cuenta así con un decálogo de normas para lograr que los hospitales sean espacios libres de humos y, según el compromiso de los centros, otorga etiquetas «oro», «planta» o «bronce» con diferentes obligaciones. Ante esto, deberán ser ahora los fumadores avilesinos los que se adapten a la nueva normativa. Eso sí, después de Nochevieja, cuando frecuentemente afloran los buenos propósitos para el año entrante como, por ejemplo, dejar de fumar.