Sexólogo, delegado para la estrategia nacional de salud sexual del Ministerio de Sanidad

Myriam MANCISIDOR

Guillermo González Antón es sexólogo, médico y delegado para la estrategia nacional de salud sexual del Ministerio de Sanidad. Entre los años 2000 y 2008, González Antón presidió además la Federación Española de Planificación Familiar. Ayer participó en una mesa redonda que se celebró en el Centro de Servicios Universitarios enmarcada en los actos de celebración del décimo aniversario de Astursex, la asociación asturiana para la educación sexual que dirige la avilesina Ana Fernández.

-Sexualidad, ¿para qué y para quién?

-Agradezco la pregunta. La sexología, para alcanzar un desarrollo completo en la persona, para alcanzar una autonomía moral e incluso, diría yo, para ser más felices. ¿Para quién? Para todos, de forma universal y con un alto grado de equidad, que es lo que falta ahora mismo.

-¿Se debe diferenciar entre relación sexual como juego y relación sexual coital con fines reproductivos?

-Claro que sí, hay que diferenciar. Una relación sexual es todo desde que somos seres sexuados. Yo, por ejemplo, estoy relacionándome ahora durante una entrevista periodística. Todo cambia en función de quién sea el interlocutor, todo puede ser una relación sexual, pero sí que es cierto que se ha minimizado y se ha llevado a los extremos de que todo sea una relación coital. Esta simplificación es, a veces, burda.

-¿Cree que se hace buen uso de los centros de planificación familiar?

-Creo que hay un uso excesivamente urgente de ellos. Tengo la sensación de que la gente cree que está educada cuando, en realidad, está informada. Sí hay gente que conoce los centros y los utiliza como asesoramiento para su desarrollo sexual, así deseamos que sea, pero la mayoría de las veces se recurre con urgencia.

-¿Qué opinión tiene de la píldora postcoital?

-Es un recurso estupendo para evitar un embarazo no deseado. Además tenemos dos en el mercado: una que dura 72 horas y otra hasta cinco días. Verdaderamente es un recurso estupendo para aquellas personas que bien no han previsto esa relación o bien han tenido un fallo del anticonceptivo habitual y no consideran necesario que de esa relación se derive un embarazo.

-El Papa justifica ahora el uso del preservativo en ciertos casos.

-Creo que la iglesia lleva un retraso secular. Que el Papa ahora diga que en determinadas circunstancias el preservativo puede ser utilizado, siempre poniendo peros de que sea para tal o cual fin, no deja de ser un detalle a tener en cuenta pero creo que debería ser más claro. No creo que en las conferencias episcopales o los cónclaves vaticanos sean tan uniformes: estoy convencido de que hay cardenales mucho más democráticos y científicos que apoyarían normas más permisivas, pero al final creo que la curia vaticana, con el poder enorme de ciertos cardenales, no deja que esto sea así.

-¿Qué me dice del aborto?

-Para que no se malinterprete lo que voy a decir después, creo que el aborto es en algunos momentos un acto que hace posible que una persona que no desea tener un hijo no lo tenga. Un aborto, de todas formas, puede ser ya considerado un desastre, no debería haber ninguno. Dicho esto, creo que es un recurso que asiste los derechos de la mujer para decidir en todo momento cuándo desea tener sus hijos. Creo que es una solución médica, que nadie piense que someterse a un aborto es un paseo. Creo que es una decisión seria y que no hay que ponerle más pegas que la decisión libre de la mujer para decidir cuándo desea tener sus hijos.

La sexóloga y escritora Valérie Tasso, en la imagen, acuñó el concepto de «discurso normativo del sexo». De este término habló ayer en Avilés. «Se habla cada vez más de sexo pero sólo de lo aceptado, de ahí los tópicos», manifestó.