Los vecinos de las calles Bernardimo Guardado, Santa Teresa y Ave María, todas en el barrio del Pozón, se han puesto en contacto con este diario para denunciar los reiterados apagones del alumbrado público, una situación que los residentes padecen desde hace más de un mes y que les condena a «vivir a oscuras como si de un descampado o la cima del pico Gorfolí se tratase», en palabras de una de las comunicantes.

Ayer mismo, la oscuridad era absoluta en esas calles una vez que había anochecido. Esa fue la misma tónica la semana pasada, cuando sólo disfrutaron de un día de luz nocturna. Las molestias por esta situación son las lógicas de transitar por calles que se vuelven «bocas de lobo» en cuanto dan las siete de la tarde, pero con el agravante, según la queja vecinal, de que «hay pandillas de gitanos que campan a sus anchas por la calle y a las que les viene muy bien esta situación para sus trapicheos». De hecho, algunos vecinos sospechan que los cortes de la luz pública tienen que ver con la manipulación por parte de esas personas de una farola que, al ser cortocircuitada, hace saltar toda una fase eléctrica provocando un apagón general.