Cancienes (Corvera),

Amaya P. GIÓN

Un GAZ Chaika, un coche de lujo de la época soviética, se encuentra aparcado desde hace semanas en una de las plazas de aparcamiento del polígono industrial de Cancienes (Corvera). Nadie queda indiferente ante su presencia. No es para menos. El vehículo perteneció a la familia de Leonid Brezhnev (1907-1982), secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética y Jefe de Estado de la URSS. Su actual propietario, el empresario José Luis Vigil, lo luce con orgullo, aunque también con el pesar de contar con una joya que día a día pierde parte de su esplendor por el desuso. Vigil sopesa ponerlo en venta. «Si lo vendo será a alguien que lo cuide con esmero, como un coleccionista», aseveró.

Vigil, propietario de la ropa de marca deportiva Joluvi, adquirió este tesoro de cuatro ruedas en Europa del Este, hace una década. «Entonces tenía en Bulgaria dos empresas. Me encontraba con un amigo en Varna, una ciudad junto al Mar Negro, y el propietario del restaurante en el que estábamos comiendo nos dijo que vendía un Chaika que perteneció a la familia Brezhnev y que había comprado en Moscú. Lo compramos por lo que ahora serían unos 6.000 euros», relata el empresario.

El Chaika, que significa gaviota en ruso, es un automóvil de lujo fabricado entre 1959 y 1981 en la extinta Unión Soviética por el fabricante de vehículos GAZ. Estos coches no estaban a disposición de cualquiera. Estaban destinados a los gobernantes soviéticos y no podían ser adquiridos por los ciudadanos medios. De hecho, eran entregados únicamente a personalidades, como oficiales de partido, científicos o académicos. El de José Luis Vigil, según él mismo cuenta, perteneció al mismísimo Brezhnev.

El Chaika de Joluvi es todo un espectáculo. El suelo conserva el mismo tapizado que en antaño, la radio de válvulas es una auténtica joya y sus «extras» nada tienen que envidiar a los de los vehículos actuales. El coche cuenta con aire acondicionado, elevalunas eléctrico, cambio automático y está blindado. «Creo que tiene un motor de ocho cilindros, como el de un camión», presume José Luis Vigil.

Un barco transportó el coche de Brezhnev desde la costa búlgara a Barcelona, desde donde llegó a Asturias en camión. Quedó matriculado con la placa 0-0026-BY y llegó a circular por las carreteras de la comarca avilesina. No por mucho tiempo. «Hace cuatro años que lo tengo parado. Antes sí que salía alguna vez a dar una vuelta en el Chaika, pero la verdad es que me daba algo de corte, todo el mundo se nos quedaba mirando. Después lo guardé y desde que ha permanecido parado se ha ido fastidiando. Estuvo en la fábrica pero lo saqué por unas obras. Ahora no estoy seguro de qué hacer con él», relata.

Al coche soviético no le faltan pretendientes. Varias personas se han interesado por la compra del coche en el que se presume viajó el dirigente soviético pero su actual propietario tiene el corazón dividido. Le gustaría que su Chaika recuperara su esplendor de antaño, pero eso supone una cuantiosa inversión. Dice estar dispuesto a venderlo, pero también reconoce que no sabe si será capaz porque la da muchísima pena deshacerse de él. «La verdad es que no sé lo que hacer, quizá lo venda. Eso sí, en caso de que lo haga será a una persona que realmente lo valore», asegura el avilesino. Mientras, los que circulen por el entorno de la nave de Joluvi pueden imaginar que Brezhnev aparca en Cancienes.