Amaya P. GIÓN

La pareja de Soto del Barco acusada de maltratar a sus hijos en 2008, unas gemelas de tres meses y un niño de diecisiete meses, se sienta el miércoles en el banquillo de los acusados de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. El juicio se celebra el mismo día en el que se cumplen tres años de que los hechos viesen la luz pública. Fue el 16 de enero de 2008 cuando trascendió que un matrimonio de Soto se encontraba en prisión por presuntos maltratos a sus pequeños. Una de las niñas ingresó entonces en muerte cerebral en la uvi del Hospital Central. Hoy sufre parálisis cerebral y gran invalidez irreversible. Las responsabilidades de este brutal suceso, que conmocionó la comarca, se subsanarán en el juicio señalado para el próximo miércoles. Los padres, que desde un principio negaron haber agredido a los pequeños, afrontan penas que suman 56 años de prisión.

J. H. J. y E. G. H., pareja desde 2005, convivieron con su hijo en una chabola de la capital sotobarquense hasta que en noviembre de 2007, cuando nacieron las gemelas, la familia se mudó a una vivienda social. Apenas tres meses después de la mudanza, una de las pequeñas ingresó en el Hospital Central con lesiones de extrema gravedad. El servicio de urgencias pediátricas dio el aviso a las fuerzas de seguridad tras hallar indicios de maltrato y los padres ingresaron en la cárcel de Villabona.

Los progenitores volvieron a la calle en cuestión de días tras abonar cada uno una fianza de mil euros. Ambos negaron desde el primer momento ser los autores de las lesiones y fuentes próximas al caso relataron que incluso llegaron a culpar a su hijo mayor, de 17 meses, al que responsabilizaron de golpear a las pequeñas «por celos».

A continuación se detallan las versiones que las partes expondrán el el juicio del próximo martes.

l Las acusaciones: Además de la Fiscalía se han personado en el procedimiento el Defensor del Menor y el Principado. Las acusaciones, tanto la pública como las particulares, sostienen que «la totalidad de las lesiones» que presentaban los pequeños «son compatibles con el síndrome del niño maltratado» y que «han sido provocadas por sus progenitores de forma dolosa en fechas próximas al ingreso» hospitalario.

La Fiscalía imputa a cada uno de los acusados, «que se encargaban del cuidado de los menores», un delito de violencia habitual y tres de lesiones por los que pide una pena de 28 años de prisión y el pago de indemnizaciones que alcanzan los 192.000 euros.

Según la versión de las acusaciones, una de las gemelas ingresó el 4 de febrero de 2008 en el Hospital Central por bronquiolitis, anemia y un golpe en la mejilla derecha. El 12 de febrero de 2008 ingresó de nuevo, presentando esta vez contusiones cerebrales, fracturas esqueléticas y déficit de desarrollo motor, entre otras lesiones. En la actualidad, la pequeña presenta secuelas irreversibles como parálisis cerebral, encefalopatía grave postraumática, gran invalidez irreversible, y grave enfermedad psíquica. La pequeña nació sin evidencia de alteración cerebral alguna, según se desprende de la investigación.

Su hermana gemela ingresó en el HUCA el 13 de febrero de 2008 con varios hematomas, heridas en la cara y con dos lesiones en la región inferior de las nalgas compatibles con quemaduras. Además , y entre otras lesiones, tenía fracturadas tres costillas. Siempre según la versión de la fiscalía, cuando la pequeña ingresó no sujetaba adecuadamente la cabeza, no sonreía, estaba irritable y presentaba déficit motor. En la actualidad ha recuperado parte del retraso psicomotor pero continúa con movimientos anómalos de cabeza que los médicos atribuyen a una posible enfermedad psíquica grave.

El tercer hijo de la pareja ingresó en el centro hospitalario con hematomas y heridas en varias zonas del cuerpo y en la actualidad no presenta secuelas.

l La madre: La madre asegura que nunca agredió a los pequeños y que «sólo zarandeó en una ocasión» a una de las gemelas, que actualmente padece secuelas irreversibles. El abogado encargado de la defensa, el letrado José Carlos Botas, solicita la libre absolución para su cliente, E. G. H., y de forma subsidiaria penas que suman seis meses de cárcel por dos delitos de lesiones por imprudencia.

La defensa sostiene que E. G. H. «no produjo de forman intencionada las lesiones» a sus hijos, «limitándose en una sola ocasión a zarandear a la menor» y que, por tanto, «no participó de modo alguno en los daños» que sufrieron los pequeños.

La mujer también alega en su defensa que los Servicios Sociales realizaron un seguimiento sobre la unidad familiar «y nunca se detectó negligencia alguna por parte de los padres en relación a los tres menores». La madre, igual que defiende su compañero sentimental, «era la persona encargada diariamente del cuidado y atención de los hijos de la pareja».

l El padre: El padre, cuya identidad se conrresponde con las iniciales J. H. J., alegará ante el juez que sufre una discapacidad intelectual. El abogado que defiende sus intereses, el letrado Pedro Paulino Sánchez, solicitará la libre absolución para su cliente, según confirmó a este periódico.

El letrado defensor sostiene que su cliente sufre una discapacidad intelectual («capacidad volitiva e intelectual límite», recoge literalmente su escrito de calificación de los hechos) y que J. H. J. sólo pasaba por el domicilio para pernoctar «ya que estaba ausente casi todo el tiempo porque se encargaba de satisfacer las necesidades económicas de su familia».

Es más, según la versión del progenitor, no fue hasta el 12 de febrero de 2008, cuando acompañó a su mujer y a dos de sus hijos a una cita médica, cuando «se le informó por parte del personal médico de las lesiones que sufrían» los pequeños.

La Consejería de Servicios Sociales del Principado posee la guardia y custodia de los tres pequeños desde el 15 de febrero de 2008.