V. MONTES / E. LAGAR

El Gobierno de Vicente Álvarez Areces quiere aprobar en su último Consejo de Gobierno la cesión por cincuenta años de las instalaciones del Centro Niemeyer a la fundación que lo gestiona y que dirige Natalio Grueso. El objetivo del Gobierno en funciones, que deberá dejar los cargos en unos días, es conceder a la Fundación Niemeyer el control total sobre las instalaciones construidas en la margen derecha de la ría avilesina y que costeó íntegramente el Principado. De este modo, la Fundación Niemeyer tomará el timón del centro cultural con plenas garantías y autonomía el próximo medio siglo.

La cesión de las instalaciones era una aspiración de la Fundación Niemeyer desde su constitución, aunque no fue hasta el pasado 11 de diciembre de 2010 cuando el patronato de la fundación solicita un convenio para obtener la gestión del edificio, sus terrenos y subsuelo. El convenio, según documentación a la que ha tenido acceso este periódico, se firmó pocos días después, el 15 de diciembre. Ninguno de estos pasos administrativos fue hecho público a los medios ni por parte de la Fundación ni del Principado.

La Consejería de Cultura consideró el pasado 24 de junio la necesidad de cumplir ese convenio y redactó una resolución en la que instaba a que se llevase a efecto lo acordado.

En este sentido, el consejero de Economía, Jaime Rabanal, resolvió el pasado 29 de junio acordar la cesión del edificio y su contenido, por un valor total de 42,8 millones de euros. No obstante, esta decisión debe ser aún ratificada por el Consejo de Gobierno. Por eso el Ejecutivo de Areces tiene previsto aprobarla en la última reunión del mandato, programada para el próximo jueves, siempre según las fuentes consultadas.

La intención del Gobierno regional de ceder los edificios del Niemeyer, que ya adelantó LA NUEVA ESPAÑA el pasado 30 de marzo de este año, persigue alejar la Fundación que gestiona el centro cultural del debate político y transformar la gestión del Niemeyer en un asunto privado. No obstante, el aún presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, fue designado patrono de honor por el consejo cuando aún las administraciones públicas controlaban la mayoría de los votos. El pasado 4 de junio, poco después de las pasadas elecciones autonómicas en las que el PSOE perdió la mayoría en Asturias, el consejo de administración del Niemeyer mantuvo una reunión en la que acordó, justamente, recortar el número de representantes de las administraciones públicas (Principado, Puerto de Avilés y Ayuntamiento de Avilés) de modo que los socios privados tuvieran en su mano el control mayoritario de la entidad. En esa misma reunión se aprobó que la presidencia del patronato, hasta entonces en manos de la consejera de Cultura, Mercedes Fernández, recayese en el productor musical asturiano Manolo Díaz.

En esa misma reunión se acordó la entrada de Azsa en el patronato. El director del Niemeyer, Natalio Grueso, señaló entonces que el centro cultural pasaba así «a ser una institución privada según los criterios de la Unión Europea, ya que cuenta con más de la mitad del derecho a voto en manos de privados, cuenta con más de la mitad del capital fundacional en las mismas manos y más de la mitad de su presupuesto procede de estas fuentes».

Grueso recalcó entonces que los socios fundadores, Principado, Ayuntamiento de Avilés y Autoridad Portuaria, «contarán siempre con representación en el patronato». Los edificios del Centro Niemeyer tuvieron un coste que rondó los 40 millones de euros y fue pagado íntegramente por la Administración autonómica.