Amaya P. GIÓN

El economista Santiago Niño Becerra defiende que a la profunda crisis actual le seguirá una larga depresión que se puede prolongar hasta el año 2020. El catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull (Barcelona) pronunció ayer la conferencia «El crash de 2010» en el marco de la XII Escuela Internacional de Verano de UGT, una charla en la que puso en evidencia el negro escenario en el que se encuentra España para afrontar la salida de la crisis. Analizó también la evolución del desempleo, en general, y del juvenil, en particular. «La juventud española está condenada al desempleo», sentenció.

«La gente piensa que salir de la crisis es volver a lo de antes. Nunca más irás a pedir un préstamo de 300.000 euros y te darán uno de 400.000, nunca más te financiarán la compra de un coche a diez años. Es imposible volver a lo de antes porque lo de antes nos ha llevado a esta crisis», subrayó. Niño Becerra defiende que la única solución para salir del atolladero económico es articular un nuevo modelo. «En 1962, 1987, 1991 y 2000 hubo crisis, pero no eran sistémicas. Hay que cambiar el sistema productivo», apuntó. Y España no lo tiene nada fácil. Como dato significativo, señaló que España tenía en 2005 la misma productividad que Suecia y Austria juntas en 1975, un retraso de treinta años. «Para incrementar la productividad hace falta capital y eso conllevará más desempleo», dijo.

El experto negó que la deuda pública sea uno de los principales problemas a los que se enfrenta el país. «Eso es mentira. España tienen poca deuda pública. A fecha 31 de diciembre, ésta es del 56%, del 10,9 en el caso de las comunidades autónomas, del 3,3 en los ayuntamientos y del 0,55 en los cabildos insulares. El endeudamiento de las empresas es del 143 por ciento del PIB (producto interior bruto) y el de los bancos y cajas del 107», argumentó.

Especial hincapié hizo Niño Becerra en el paro juvenil, que roza el 21 por ciento en España (en Suiza es del 3,5 y en Austria del 4). «Lo que no dice el Gobierno es que España tuvo en 1995 una tasa de paro juvenil del 42,3 por ciento. Y la oposición tampoco lo recuerda porque en el 96 entró en el Gobierno. La juventud española está condenada al desempleo», criticó.

El economista también desmontó el crecimiento que experimentó la economía nacional entre 2009 y 2010, que se situó en el 3,6 por ciento. «Crecimiento entre comillas, porque realmente se trató de un cambio de cromos ya que España pasó de tener un déficit del 4,1 por ciento al 11,2. El compromiso del Gobierno de España es que en 2013 el déficit se sitúe en el 3 por ciento y en el 2,1 en 2014. Sin con recortes, subida de IVA, bajada y posterior congelación de los salarios de los funcionarios, subida de impuestos del tabaco no se consiguió, ¿cómo va a hacer para llegar a ese tres por ciento en 2013?», planteó.

El ponente vaticina que la tasa de paro, «en el mejor de los casos, va a variar muy leve». «También el crecimiento va a ser pequeño y lo único que se va a hacer es recortar. El Gobierno plantea recortes para salir de la crisis y la oposición no dice nada. Es más, no hay más que ver lo que está haciendo María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha (anunció el miércoles que recortará en un 20% el presupuesto para 2012). Ese es el plan económico del próximo Gobierno», explicó.

Para el autor de «El crash de 2010», «España lo tiene negro para afrontar el después de la crisis». Como cada una de sus afirmaciones, lo ilustró con cifras y también se refirió al Principado: «Asturias tiene que crecer a un ritmo del 1,53 por ciento para que baje el paro y al 0,94 para generar empleo. En este país hay una trampa: los déficit fiscales interregionales que salen de los balances fiscales».

Su conclusión no tiene desperdicio: «El Gobierno prevé crecer a un ritmo del 1,3 por ciento en 2011 y del 2,3 en 2012. La agencia de calificación de riesgo " Standard & Poor's", en cambio, habla del 0,8 y del 1 por ciento, respectivamente. La economía española está estancada. El presupuesto de este año está hecho para un crecimiento del 1,3 por ciento. Si crece el 0,8, y yo creo que ni eso, ¿cómo hacer para cumplir el compromiso de déficit? El crecimiento previsto, además, no puede reducir la tasa de paro. Con más inflación, menos renta y capacidad de endeudamiento, ¿está España preparada para afrontar lo que viene?».