Nuevo juego de pase de pelota al contrario en el Niemeyer. Si la alcaldesa, Pilar Varela, lanzó el balón anteayer a la Consejería de Cultura, el Principado se lo devuelve: se puede negociar, pero con auditoría de por medio. La hay. Está previsto que en el patronato del 6 de febrero se presente una auditoría encargada por la propia Fundación y referida a sus cuentas de 2011. Si dio tiempo a hacerla, ¿por qué no se aceptó en un principio? Habrá que ver si a la Consejería de Cultura le sirve o si, por el contrario, lo que quiere es examinar ella misma todas las facturas. Por el momento, el ambiente se caldea a falta de más de dos semanas para que se celebre ese encuentro de patronos en el que los socios privados tendrán una de las claves. Todo parece indicar que, salvo que haya verdadero interés en llegar a un acuerdo, retornaremos al cruce de mensajes en los periódicos. Ya puestos, más les valdría a Varela y a Vallaure aprovecharse de las palomas mensajeras que zurean en la antigua pescadería. Al menos tendría su lado romántico.