«Don't worry, be hippie», se gritaba ayer en la piscina al aire libre de los Juegos Olímpicos de Avilés, tomada por una marabunta humana con ganas de pasárselo muy bien. El Descenso Internacional de Galiana, que cumplía sus bodas de plata, se convirtió en un evento no apto para cardiacos ni para inspectores de la ley antitabaco. Ayer se incumplió toda la normativa vigente, aunque, eso sí, reinó la paz y la amistad y se bailaron ritmos discotequeros y melodías de antes.

Y es que el lema del Antroxu, los hippies olímpicos, dio para mucho, pero sobre todo para ver quien tenía el cigarro más grande. Fumaron todos, desde Bob Marley hasta «Scooby Doo» pasando por el Abuelo Anselmo. Hubo también tiempo para el recuerdo, de la mano de Cobi y las Olimpiadas de Barcelona 92. En total, 21 artilugios a cada cual más currado, con pequeñas excepciones, que fueron vitoreados por las miles de personas que abarrotaron todo el descenso de Galiana.

Tras el pistoletazo de salida en la plaza del Carbayedo, dado por varios de los integrantes de la peña Ixuxú, aquellos que hace veinticincos años decidieron bajar por vez primera en canoa la calle Galiana, comenzó la prueba reina del Antroxu avilesino.

Los primeros en calentar el ambiente fueron los Reyes del Goxu y la Faba, «Los hippies olímpicos» con su «Hippie Van». Luego llegaron los integrantes de Pillarno Corporeison que debido al gran tamaño de su «Fumeta Olímpico» provocaron una pequeña retención en la caravana multicolor y del buen «rollito». Eso no quitó para que el jurado valorara su gran trabajo, en el que no faltaba un gran muñeco haciendo el signo de la paz. Se llevó la medalla de oro de los deportes de agua. Luego bajaron el «Hippie tanke», en el que no faltaba la flor en el cañón, y el «Espíritu Olimhippico», decorada con los característicos aros de colores.