Marta PÉREZ

El ladrón «discreto» era un profesional y tenía cómplice: una mujer. La Policía Nacional detuvo a última hora del martes a la pareja horas después de perpetrar su último golpe en una sucursal bancaria de Severo Ochoa de la que habían conseguido llevarse 10.000 euros. Era su segundo atraco en sólo cinco días. El jueves pasado habían dado el palo en otro banco de la ciudad, llevándose en aquella ocasión 2.000 euros. Como los legendarios Bonnie y Clyde, aunque menos violentos, tenía por oficio el atraco de bancos. La Policía Nacional seguía tomando declaración a los detenidos al cierre de esta edición, y a lo largo de hoy se difundirán nuevos datos sobre el historial delictivo de los atracadores.

El atracador que había sido bautizado en medios policiales como el ladrón «discreto» es un valenciano de 50 años; su cómplice, de 69 años, es una mujer nacida en el país vasco y domiciliada en Avilés. A ambos les constan múltiples antecedentes en su ficha policial.

La pareja actuaba de forma coordinada y tenía bien repartidos sus cometidos a la hora de dar el golpe. Ella se encargaba de la parte intelectual y diseñaba la estrategia. Él de la ejecución del hurto. Tras seleccionar los posibles objetivos bancarios, la mujer, con cualquier excusa -por ejemplo, pedir cambio a los empleados- entraba en el banco y mientras la atendían recababa información: número de empleados, volumen de clientela, medidas de seguridad... Él la esperaba en el coche, un vehículo que estaba estacionado en las proximidades del banco. La mujer volvía al coche y le «cantaba» al ladrón «discreto» todos los datos necesarios para cometer el robo con las garantías de éxito. Entonces el hombre entraba en juego. Con anorak oscuro y una braga al cuello para ocultar parcialmente su rostro entraba en el banco como un cliente más. Se acercaba al empleado de turno, le enseñaba una pistola -no era de fogueo, como se apuntó en un primero momento- y pedía el dinero. Ya con el botín en su poder, se iba por la puerta, sin hacer ruido.

Los testimonios de los testigos y las imágenes de las cámaras de vigilancia han sido determinantes para dar con los atracadores. La Policía Nacional detuvo a la pareja a última hora del martes. Acababan de abandonar su domicilio y se habían subido al mismo vehículo que utilizaban para cometer los atracos. La Policía ha intervenido la pistola y ha recuperado una parte del dinero robado, aunque no ha trascendido qué cantidad.

El ladrón «discreto» se había ganado el alias por sus formas cuidadas a la hora de cometer los atracos. Los clientes presentes apenas se percataban de que ante sus ojos se había perpetrado un robo.