El nuevo ciclo de música clásica del Centro Internacional Avilés siguió el domingo su curso con el segundo concierto de su programación, protagonizado por un dúo de altura, integrado por el violonchelista Adolfo Gutiérrez Arenas y el pianista Graham Jackson. El tándem de músicos ofreció un programa basado en sonatas para chelo y piano de Beethoven, Schubert y Brahms, a través del cual el público pudo contemplar la evolución de esta forma musical en el romanticismo y sus diferentes concepciones en la pluma de cada compositor.

En este recorrido musical, la calidad de las versiones escuchadas fue de gran nivel, con una empatía total por parte del chelo y el piano -no en vano la colaboración de ambos intérpretes se remonta años atrás-. Jackson, que realiza desde Madrid una importante labor pedagógica y también concertística, colabora con diferentes intérpretes de primera fila, entre ellos Gutiérrez Arenas, conocido violonchelista vinculado con Asturias a nivel familiar y profesional. Ambos ofrecieron un concierto de cámara de categoría elevada, en un ambiente íntimo y cercano.

El dúo se presentó con la «Sonata Op. 5 nº 2» de Beethoven, autor que inaugura la sonata romántica para violonchelo y piano, con una importante libertad en su construcción, como demuestra la sucesión de movimientos «Adagio-Allegro-Allegro». Ambas partes, chelo y piano, estuvieron al mismo nivel en una obra de continuos diálogos, en la que técnica y expresión se combinaron en una interpretación de gran dinamismo y perfección. Otra obra conocida del repertorio, la «Sonata Arpeggione» de Schubert -originalmente para este instrumento, derivado de la viola da gamba- continuó en el programa, con un destacado trabajo del chelo de gran inspiración melódica, con un fraseo refinado en el movimiento «Adagio» y un «Allegretto» de verdadero aliento virtuosístico.

La amplitud lírica de Gutiérrez Arenas es una de sus cualidades al chelo que siempre admiramos. Y así lo demostró una vez más en Avilés, con la «Sonata Op. 38» de Brahms, como broche de oro de la velada musical, interpretada con gran intensidad y profundidad, hasta el «Allegro» final que destaca por su elaboración y la influencia de Bach en su desarrollo. Como propina, el dúo ofreció el tercer movimiento de la «Sonata para violonchelo y piano, en sol menor, Op. 19» de Rachmaninov.

El siguiente concierto del ciclo se celebrará el día 22 de abril, a cargo de la pianista asturiana Penélope Aboli y el violonchelista Aldo Mata, quienes interpretarán obras de Hindemith, Webern y Brahms.