E. CAMPO

El teatro Palacio Valdés abrirá sus puertas el 4 de octubre con zapatos nuevos. Y es que aunque a la vista todo siga igual, las últimas obras acometidas en el coliseo avilesino han permitido renovar el sistema original que permite abatir el patio de butacas, e implantar un sistema de extinción de incendios destinado a proteger no sólo a las personas sino también al edificio. «Me produce gran satisfacción que seamos capaces de mimar nuestro patrimonio», afirmó ayer la Alcaldesa, Pilar Varela, durante la visita a las obras acompañada del concejal de Cultura, Román Antonio Álvarez. Los trabajos costaron 363.717 euros, financiados por el Ministerio de Fomento con cargo al uno por ciento cultural -y que constituye el 75 por ciento de la obra- y por el Ayuntamiento, que asume el 25 por ciento restante.

El recorrido comenzó en los «sótanos» del teatro, debajo del patio de butacas, que ha recuperado su capacidad de bascular para que la base pierda su inclinación y quede situada en horizontal, bien por debajo del nivel del escenario, o al ras. Para poner a punto el sistema de poleas se sustituyeron algunas piezas de madera y se restauraron otras. Esta estructura -utilizada en tiempos bélicos como refugio- es decimonónica. «Se trata de una rareza que se ha conservado en Avilés», destacó el edil de Cultura. Y añadió: «Es un sistema que se puede contemplar en muy pocos lugares». Varela, por su parte, felicitó a la empresa Dragados por los trabajos efectuados en el coliseo avilesino.

La otra intervención, la renovación de la protección contra incendios, supone una mejora considerable respecto a la situación anterior. Así, un sistema de detección temprana por absorción de aire ambiente, y un sistema de extinción que proyecta agua nebulizada en el bajocubierta, la estructura del patio de butacas y en la parte superior del teatro, minimiza el riesgo de daños materiales. El arquitecto municipal que coordina la obra, Aitor López Galilea, explicó que el agua saldría por las boquillas a gran presión, en forma de niebla, para bajar la temperatura del local hasta que se sofoque el incendio.